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JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
Se debe al rey José I Bonaparte, hermano de Napoleón, el primer intento de crear un museo de importancia en España., siguiendo el modelo del Louvre. En 1809, en plena guerra de independencia contra los franceses, firmó un decreto para crear un Museo Josefino, que no llegó a fructificar. El proyecto no se hizo realidad hasta diez años más tarde, por iniciativa de Fernando VII, con la inauguración del Museo Real de Pintura y Escultura, que reunía obras de las colecciones reales. Se trataba de un fondo de pintura española y europea de valor inestimable, iniciado en época de Carlos I, aunque ya con obras heredadas de sus abuelos, los Reyes Católicos.
El museo fue emplazado en un edificio neoclásico levantado en el madrileño Prado de los Jerónimos, según un proyecto de Juan de Villanueva. Destinado originalmente a albergar la Academia de las Ciencias, el recinto comenzó a edificarse bajo el reinado de Carlos III. Durante la invasión napoleónica, los trabajos de construcción se suspendieron y el edificio fue utilizado como cuartel de caballería por las tropas de ocupación. Las obras se reanudaron en 1818, aunque solo fueron el preludio de las distintas ampliaciones de que sería objeto durante el siglo XIX.
En 1868, tras la expulsión de la reina Isabel II, el museo fue nacionalizado y pasó a llamarse Museo Nacional del Prado.
Ya en el siglo XX, las vicisitudes políticas volvieron a afectar al museo del Prado: durante la Guerra Civil el museo fue bombardeado, por lo que se decidió trasladar sus obras más importantes a Ginebra bajo la protección de la Sociedad de Naciones. La colección fue repatriada tras la guerra.
La planta principal del museo alberga la pintura española, flamenca, alemana e italiana de los siglos XV-XVI (Berruguete, Juan de Juanes, El greco, Van Eyck, El Bosco, Tiziano, Tintoretto, Botticelli, Rafael). La planta primera está dedicada a los siglos XVII-XVIII en las escuelas españolas (Ribalta, Ribera, Zurbarán, Velázquez, Claudio Coello, Murillo), flamenca (Rubens, Van Dycke), holandés (Rembrandt), francesa (Poussin, Claudio de Lorena) e Italiana (Caravaggio y Carraci). La planta segunda presenta obras del S. XVIII: Goya, Watteau, Van Loo, Reynolds.
