JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
BENITO PEREZ GALDOS, escribe en 1886-87, la que considera su obra maestra, Fortunata y Jacinta. La ciudad de Madrid, con sus contrastes entre barrios, ambientes y clases sociales, es el telón de fondo en el que se inscribe una trama donde la cuestión amorosa es el punto de partida: dos mujeres de muy distinta condición se enamoran de un mismo hombre: Un señorito de familia acomodada, Juanito Santa Cruz. Destacan por encima de este eje masculino los dos personajes femeninos que dan nombre a la novela: Fortunata es una mujer del pueblo, completamente entregada a su pasión por Juan (malogra su matrimonio con Maxi Rubin e, indirectamente, pierde la vida por ello, pues muere desangrada tras una pelea con la nueva amante de Santa Cruz); por otra parte está la dulce Jacinta, la prima y esposa del señorito, que sufre las infidelidades de su marido y recibe al final el «consuelo» de un hijo, el que tenido con Fortunata con el protagonista poco antes de morir. Estos conflictos se inscriben en un amplio marco constituido por la sociedad madrileña de la época y el ambiente urbano del momento, que se describen con precisión y detalle.

La aportación de Galdós al teatro, aparte de sus primeras obras de juventud, llegó tardíamente. Nada tienen que ver sus obras, con el teatro burgués de la época. Algunas de sus piezas dramáticas son adaptaciones de novelas, que ya contenían largos pasajes dialogados (El abuelo, Realidad). El estreno de Electra (1901) constituyó un importantísimo acontecimiento en el que Galdós fue aclamado con admiración, especialmente por los jóvenes escritores modernistas. Algunas de sus obras teatrales son La loca de la Casa (1892), Los Condenados (1894), Voluntad (1895), Alma y vida (1902) y Casandra (1910).

Entre los restauradores de la novela española, es el más fecundo, el de más rica invenviva, el creador de mayor número de individualidades y el más completo y grande, pues aunque acusó el influjo de Balzac, Dickens, Zola, Tolstoi e Jbsen, se inspiró tan hondamente en la realidad española y de modo tan completo su técnica en el realismo nacional, que aparece no sólo como novelista épico, sino como genuino escritor de raza.-