Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
La imagen de la Virgen Negra de Guadalupe, apareció en el siglo XII, y se le empezó a llamar la Morenita de Villuerca, nombre de la comarca donde fue hallada, aunque al final se quedó con el nombre de Guadalupe, por el río que riega aquellas tierras: el Guadalupejo.

Las imágenes de santos casi siempre las encuentran humildes pastores alertados por una serie de prodigios que tienen lugar en los alrededores. Suele tratarse de vírgenes románicas a las que se escondió ante la llegada árabe y que fueron recuperadas siglos después.

La devoción a la Virgen de Guadalupe (prov. de Cáceres, España), se vió incrementada cuando el Rey Alfonso XI consideró que su intercesión había sido la causa de la victoria en la batalla del Salado.

En agradecimiento, el Rey ordenó la construcción de un monasterio que acabó haciéndose tan famoso que un arzobispo de Toledo mandó levantar un puente para que los peregrinos pudiesen llegar hasta la señora, que allí se albergaba.

A Guadalupe iban también a dar las gracias, en la época del Descubrimiento, aquellos que conseguían volver de las Américas. En su plaza mayor, frente al monasterio, se puede ver una fuente en cuyo pilón fueron bautizados los primeros indígenas que Colón llevó del Nuevo Mundo; el mismo Almirante estuvo en Guadalupe varias veces. Lo mismo ocurrió con Hernán Cortés y otros conquistadores.

Todo en ese pequeño lugar, que vive del olivo y del castaño, pero sobre todo del turismo, gira en torno al monasterio -antigua escuela de medicina y farmacia-. En él existe un museo de bordados; la antigua Sala Capitular, con una de las mejores colecciones de libros miniados; tumbas de reyes como Enrique IV ó María de Aragón, y la sacristía, con los cuadros de Zurbarán, la más bella -según dicen los guadalupanos- de España.

Muchos de sus tesoros, la mayoría regalo de los devotos, se perdieron con la invasión francesas. Entre los que se conservan, destacan el libro de enterramientos del siglo XVII, el de rezos de Isabel la Católica y numerosos códices, como la primera partida de bautismo registrada en España, con fecha de 1496.

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