LUARCA (ASTURIAS). Capital del concejo de Valdés y Villa de larga tradición marinera, Luarca, situada a 100 km de Oviedo, cuenta con unos 17,000 habitantes y es uno de los lugares más atractivos del litoral occidental asturiano. A ello contribuye en gran medida su encantador puerto pesquero, principal referente de la localidad. Estas características, sus playas y una completa oferta hostelera convierten Luarca en un popular centro de veraneo. El núcleo urbano se asienta en pendiente, recogido sobre el muelle, y queda dividido por el cauce del río Negro, de trazado curvo, que se abre paso a través del cacerío hasta alcanzar la desembocadura. La plaza de Alfonso X constituye el centro de la villa. A la izquierda de río, sobre un promontorio, se localiza el barrio de la Peña; a la derecha, el barrio antiguo, que ha conservado en buena medida su sabor tradicional.

HISTORIA

El origen de la Puebla de Valdés está unido a la figura y capricho de Alfonso X el Sabio, quien en 1270 fundó la población junto a un puerto pesquero preexistente. Durante toda la Edad Media la prosperidad luarquesa derivó de su intensa actividad portuaria, centrada en la pesca y, especialmente, en la caza de la ballena. El gremio de navegantes luarqués fue uno de lo más influyentes de la zona en esta etapa. En efecto, ya contaba (y mucho) en la Edad Media; además, la caza de la ballena a gran escala convirtió a este pueblo en un enclave de primer orden. Debió tener Luarca una aljama importante (Abrahan Caamaño se llamó uno de los rabinos de la judería luarquesa). Junto a los avilesinos, los de Luarca participaron en las guerras medievales contra Inglaterra, en la toma de Sevilla y en la célebre batalla de las Navas de Tolosa (clave para entender la Reconquista cristiana). Durante el siglo XVII, tras Oviedo, Gijón y Avilés, Luarca se convierte en el  cuarto núcleo de Asturias, comercia directamente con América y también manda al Nuevo Continente a su gente, que al volver construyeron las tradicionales casas de indiano y contribuyeron con su capital a levantar la economía luarquesa. Y una cosa más, luarqués fue el bioquímico Severo Ochoa, premio Novel en 1959.