Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

El estudio de las artes plásticas puede enfocarse desde diferentes puntos de vista. Uno de los más habituales es el histórico, es decir, el conocimiento de la obra artística desde la perspectiva económica, socio-cultural o religiosa de la época que la vio nacer. Otro es el biográfico, con las fechas claves y significativas de la biografía de su autor, que nos permiten entender y valorar mejor los posibles cambios de estilo y las etapas de su producción.

En un plano más técnico, otra posibilidad es conocer los procedimientos artísticos empleados.

Por poner un ejemplo, es muy importante no confundir y saber distinguir una pintura al óleo de otra al temple, o lo que diferencia las técnicas secas de las grasas dentro de los medios gráficos que utilizan el papel como soporte. Así podemos concluir que el estudio de la obra de arte es una disciplina que entra de lleno en el terreno del conocimiento, aunque se ha de advertir que existen otros muchos aspectos del arte que escapan a la simple recopilación de datos y entran dentro de ámbitos que difícilmente admiten una valoración desde el punto de vista objetivo, como pueden ser la sensibilidad o el gusto.

Además de los enfoques biográficos, histórico, social o técnico, otra manera de acceder al arte es intentar verlo siempre con ojos nuevos e ingenuos, relegando a un segundo plano, todos los conocimientos que de la obra contemplada podamos tener y que, de una u otra manera, condicionan siempre nuestra visión.

Comprender el arte significa saber identificar la luz de un atardecer en un paisaje de Camille Corot, ver en el gesto de una escultura renancentista el momento concreto de todas las adolescencias humanas, o sentir que los caballos esculpidos por Fidias en el Partenón adquieren fuerza y movimiento, oliendo el polvo que levantan sus cascos.

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