La Gran Barrera de Coral, una cadena de arrecifes del coral que bordea la costa del noroeste de Australia, hace que cualquier otro arrecife de coral en el planeta parezca pequeño y posee la ecología submarina más rica del mundo. El amanecer rompe para relevar una línea de grandes olas en el horizonte, y se puede sentir el cambio de humor del mar a medida que se desplaza sobre aguas menos profundas, acercándose al banco de coral.

En la parte en que el agua es menos profunda, es posible caminar sobre el arrecife (con zapatos y en guardia contra los corales afilados). Por encima de la línea de flotación del agua, todo lo que le rodea es océano; mire hacia abajo, donde se desprende el arrecife, y verá un calidoscopio de vida marina a través del agua cristalina. Los corales como plantas petrificadas en colores melocotón, rosa y blanco son el hogar para una rica vida marina que compite por el espacio en las aguas calientes, soleadas y oxigenadas del arrecife. Se pueden ver lirios marinos, esponjas, equinodermos, anémonas, plantas sésiles marinas, almejas y peces, a menudo con colores tan brillantes que parecen pintados artificialmente.

La Gran Barrera de Coral, que ya tiene 8.000 años, es la estructura más grande del mundo hecha por organismos vivos y es un lugar declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Es una cadena de más de 2.900 arrecifes individuales y unas 700 islas de extensión, a 2.000 kms. cerca de la Isla Fraser (Fraser Island), justo al sur de Trópico de Capricornio, en el Cabo York y el Estrecho de Torres, al sur de Papua Nueva Guinea. En su extremo sur, el arrecife tiene una extensión de 320 kms. desde la península, pero en el norte está mucho más cerca de la costa y es menos agrietado.

Los arrecifes de coral son estructuras delicadas construidas a partir de depósitos óseos de criaturas vivas, pólipos marinos. Nuevas generaciones de pólipos se unen a los restos de sus predecesores, y a su vez, mueren, y así se crea un arrecife, generación tras generación, a un ritmo de 2,5 cms. más o menos al año. Los esqueletos son blancos, pero es la capa superior tirando a rosa, aún viva, de los pólipos, la que le proporciona al arrecife ese color rosado.