EL LIMÓN, Samaná.- Después de un viaje de casi cuatro horas desde Santiago, que se hacen cortas por los bellos paisajes que se recorren, llegamos a Samaná, interesante península de la isla, bendecida por la naturaleza con su impresionante bahía. Cayo Levantado, una de las primeras excursiones que se ofrecen por solo RD$250, ida y vuelta, constituye una de las experiencias que nadie debe perderse; un gran barco de pasajeros, anclado entre el cayo y tierra firme, daba con su imagen sobre el mar azul, una estampa idílica. En la ciudad, muchos motoristas sin cascos y sin autoridad que lo exija, entran y salen del mercado libremente, dando un aspecto poco recomendable y, como nos dijo un nativo: esto es un bien organizado desorden .
El paseo a El Limón toma una media hora, quizás menos, en voladoras aparcadas en el interior del mercado y su admirable trayecto entre verdes y bajas montañas encandila al más distraído pasajero. A su paso por algunos caseríos, Papín, el conductor, nos da algunos detalles: Este poblado se llama Juana Vicenta, es el lugar de toda la zona de Samaná donde la temperatura es más fresca, solo comparable con Jarabacoa y Constanza. Seguimos el rumbo y llegamos a Rancho Español, donde al parecer residieron años atrás ciudadanos de la madre Patria. Y El Limón, como final donde lo más destacado es el Salto del Limón, bellísima cascada que sólo pueden admirar las personas capaces de montar a caballo, en burro o a pie. Todos aquellos parajes son como una postal.