JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
En Sabinosa, isla de Hierro (Canarias), en las casas antiguas entre las piedras de las cercas, se pueden observar pequeñas cruces de madera mal tratadas por el tiempo, la mayor parte con fecha e iniciales. Son las llamadas “crucitas” de difuntos, que se colocaban cuando fallecía alguien. Cuando más antigua es la casa, mayor número de ellas hay. El Día de la Cruz (3 de mayo) es costumbre poner “floritas” a todas. Se trata de una de las muchas tradiciones que se conservan en Sabinosa.

Otra son los romances, que suelen ser en muchos casos coplas pícaras en las que se enfrentan el hombre y la mujer.

Las parrandas -nombre que reciben los grupos folklóricos- están fuertemente arraigadas y actúan con motivo de fiestas o acontecimientos sociales, sobre todo, el Día de Todos los Santos, que al igual que en las localidades cercanas, es fecha de alegría.

Más la fiesta principal de Sabinosa y de toda la isla, es la Bajada de la Virgen de los Reyes, que tiene lugar cada cuatro años. Esta Romería, que cubre 40 kilómetros, está considerada como la más larga de España.

Junto a Sabinosa queda el Pozo de la Salud, cuyas aguas curan numerosas enfermedades. La localidad, con sus casas blancas y su increíble cielo azul, tiene unos amaneceres suaves y tranquilos y es pueblo que se dedica principalmente a la pesca.

En Punta Dehesa, hasta el cabo Orchilla, el lugar más alejado de la Península Ibérica, a lo largo de siglos algunos juran haber visto surgir entre las brumas la misteriosa isla de San Borondón, la octava isla canaria de las leyendas.