Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

HONDARRIBIA. Este pueblo costero de catorce mil habitantes se encuentra estratégicamente situado entre San Sebastián (a 23 kilómetros), Biarritz y Pamplona y forma un conjunto con Hendaya e Irán, compartiendo el río Bidasoa y la bahía de Txingudi. Los paisajes costeros y el interior, de ondulaciones suaves, son el mejor compañero de viaje para cualquier visitante que se acerca por aquí. Historia medieval, tradición marinera y clásicos veraneos se mezclan en uno de los municipios más emblemáticos de la provincia.

El 8 de septiembre la población de Hondarribia honra a la Virgen de Guadalupe con un desfile militar de veinte compañas. Cumplen allí la promesa hecha en 1638 de agradecer a la patrona su protección aquel año ante las tropas francesas que pretendían quemar la ciudad, es el denominado Alarde de Armas. En Hondarribia también se celebra con gran solemnidad la Semana Santa. El pueblo, por último, cuenta con numerosas tascas para potear (especialmente en el barrio de La Marina) y también con infinitas terrazas en las que sentarse, bajo las floreadas balconadas de madera.

Algunos vestigios  hallados en la zona revelan un emplazamiento en la Edad de Bronce donde hoy se encuentra el pueblo de Fuenterrabía. Se supone que el rey godo Recaredo tomó parte en la fundación de un primer núcleo de población. De cualquier modo, el nacimiento de la ciudad tiene un objetivo militar ya que se encontraba situada en la frontera con el reino de Castilla.

Se trataba por tanto de una plaza fuerte rodeada de fuertes murallas que además se aislaba de posibles ataques con un foso, salvo en la zona este donde entra el brazo de mar. Contaba con baluartes y puentes levadizos. Fuenterrabía obtuvo la Carta Puebla (fuero de San Sebastián) gracias a Alfonso VIII de Castilla en el año 1203, aunque según Francisco Gainza, la ciudad habría comenzado a amurallarse ya en el año 1194 por orden del rey Sancho el Fuerte de Navarra. A lo largo de la Edad Media la actividad comercial se desarrolla de modo importante por la protección de las murallas y por las facilidades que da la salida al mar para establecer contactos fronterizos. Algunos siniestros amenazaron la integridad de la ciudad, como el incendio de 1498 del que solo se salvaron nueve casas así como distintos asedios como el de los franceses en 1794.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas