JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
CHINO, lingüística: Idioma de los chinos, perteneciente al grupo de lenguas llamadas tónicas. Si no en su gramática, que no es muy sencilla, presenta enormes dificultades en la pronunciación y en su escritura. Hay cuatro entonaciones, y según el acento y el canto que acompaña a la emisión de cada palabra, cambia el sentido.

De aquí se deriva la complicación de la escritura, que no es alfabética como la nuestra, sino que posee un signo peculiar para representar cada palabra. En realidad, el chino de uso corriente, restringido a un número relativamente limitado de palabras, no es demasiado difícil de aprender, a condición de poseer buen oído para captar las diferencias de matiz de la pronunciación; pero el idioma literario, con las sutilezas, metáforas y riquezas de imágenes peculiares de la poesía china, solo es asequible para los espíritus cultos y refinados del propio país que consagran su vida a esa tarea.

CHISGUETE. Trago o corta cantidad de vino que se bebe. Chorrillo de un líquido cualquiera que sale violentamente.

POMPEYA. Esposa de César e hija de Quinto Pompeyo. Su esposo la repudió por sospechas de que estaba en relación con Claudio, pronunciando aquella célebre frase de que «a la mujer del César no le basta con ser honrada, sino que tiene que parecerlo».

PUDICIA. Virtud que consiste en guardar y observar honestidad en acciones y palabras. Mitología: Personificación de la virtud de la mujer. Los patricios romanos veneraban una estatua de la Pudicia en un altar del templo de la Fortuna.

TIZIANO. Pintor italiano, primera figura de la escuela veneciana; nació en Pieve de Cadore (1477-1576). Aprendió a pintar en Venecia siguiendo las enseñanzas de Juan Bellini, y tuvo por discípulo a Giorgione, que también influyó sobre él. Una de sus primeras composiciones alegóricas, Amor sagrado y amor profano, le reveló como colorista y maestro en composición. En 1516 fue nombrado pintor oficial del Consejo de Venecia, donde pasó la mayor parte de su vida. Sus retratos de Carlos V, de cuerpo entero y ecuestre, y el de su esposa la emperatriz Isabel, se cuentan entre las mejores obras de arte del siglo XVI, muchas de las cuales se conservan en el Museo Del Prado de Madrid.