JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
CORREGGJO (Antonio Allegri, llamado el). Pintor italiano (1494-1534). Fue pintor, escultor y corifeo de una numerosa escuela. Debió el apodo con que se le conoce al lugar de su nacimiento, pequeña aldea cerca de Modena. Lo que se sabe de su vida no es siempre preciso y, a veces, resulta contradictorio. En su modo de tratar los asuntos mitológicos y en las figuras infantiles, que nadie ha sobrepujado, acusa la influencia de Mantegna; también pueden apreciarse en sus obras el influjo de Rafael y de Leonardo, lo que no resta mérito a su gran personalidad. Luces y sombras son tratadas con gran suavidad. De sus cuadros, es célebre el «Noli me Tangeré» que se guarda en el Museo del Prado de Madrid, y la «Antiope», del Louvre.

WEYLER y NICOLAU (Valeriano). General español (1838-1930), procedía del cuerpo de Estado Mayor; hizo las campañas de Santo Domingo en las que ascendió a teniente coronel y obtuvo la cruz de San Fernando, la primera en su clase concedida en juicio contradictorio; pasó a Cuba en 1868 e hizo aquella campaña; fue capitán general de Cuba y Filipinas y varias veces de Cataluña y ministro de la guerra y alcanzó el grado supremo del ejército.

RACINE (Juan Bautista). Poeta dramático francés (1639-1699). Fue amigo de La Fontaine, Boileau y Moliere, y a la edad de veintisiete años se hizo célebre con la tragedia Adrómaca, que obtuvo mucho éxito y valió a su autor el título de primer poeta francés. Estrenó después otras varias obras maestras: Británico, Berenice y Mitridates, que confirmaron su reputación.

BOTTICELLI (Alejandro Sandro). Pintor italiano, nació en 1444 o 1447 y murió en 1510 o en 1515. Fue discípulo de fra Filippo Lippi y pintó notabilísimos cuadros, que se encuentran en los principales museos de Europa.

Para el Vaticano ejecutó algunos frescos notables por su sabia composición. Sus obras maestras son: La Primavera, El nacimiento de Venus y La Calumnia.

BOSCH (Jerónimo). Pintor holandés, más conocido por El Bosco, nació entre 1450 y 1462 y murió en 1516. Sus obras, acabadas de técnica, se distinguen, además, por el interés dramático. Se conservan algunas en Museo del Prado.