Apuntes de bolsillo

Apuntes de bolsillo

Calderón de la Barca está considerado como el último de los grandes clásicos españoles. Nacido en Madrid en 1600, se educó en los jesuitas y estudió en las universidades de Alcalá de Henares y de Salamanca hasta 1620. Su juventud fue, al parecer, algo turbulenta. En 1640 tomó parte en la campaña de Cataluña y en 1651 se ordenó sacerdote. Nombrado capellán mayor del rey en 1663, falleció en su ciudad natal en 1681.

Calderón dejó 120 dramas y 80 autos sacramentales, así como entremeses, zarzuelas, loas jácaras y otras obras menores. Se suelen clasificar sus comedias en religiosas, filosófico-simbólicas, dramáticas, de capa y espada, históricas y legendarias, caballerescas y  mitológicas. Entre sus obras más significantes están El alcalde de Zalamea (1640), drama de honor encarnado en el personaje Pedro Crespo, que ha de vengar la deshonra de su hija; La vida es sueño (1635), comedia filosófica en la que “Calderón se eleva a la mayor universidad” a través del drama del príncipe Segismundo, que se plantea la realidad del mundo, y la comedia religioso-teológica El mágico prodigioso (1637). También son importantes La devoción de la cruz; El príncipe constante; A secreto agraviado, secreta venganza; El mayor monstruo, los celos; La dama duende, y la casa con dos puertas, mala es de guardar.

Si bien Calderón fue un seguidor de la estética teatral Iopesca, incorporó al teatro los rasgos característicos del Barroco al dar mayor relieve en su teatro al protagonista (al que subordinan los personajes secundarios, cuya función es dar relieve a aquél) y al interiorizar el conflicto dramático a través del monólogo.

“Demuestra ser un líder quien es capaz, entre otras cosas, de percatarse de un problema antes de que se convierta en crisis”.

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