Pedro Antonio de Alarcón, (Guadix, 1833-Madrid, 1891). Novelista español cuya obra, una de las más notables del siglo XIX, se sitúa entre el final del romanticismo y la nueva corriente realista. Desde muy joven frecuentó tanto el periodismo como la literatura, y participó activamente en un grupo granadino denominado La Cuerda Floja, de tendencia revolucionaria.

Esta orientación política lo llevó a intervenir en un levantamiento liberal que tuvo lugar en Vicálvaro, en 1854, en el transcurso del cual- además de distribuir armas entre la población, ocupar el Ayuntamiento e invadir la Capitanía general- fundó el periódico La Redención, con lo cual provocó la hostilidad del clero y el ejército. Poco después, en 1857, aparece su obra de teatro El hijo pródigo, que fue rechazada por la crítica. Al estallar la guerra en las colonias africanas, Alarcón se enroló en ella como simple soldado.

Esa campaña, recogida en su libro Diario de un testigo de la guerra de África (1861), marca el punto en que su obra madura notablemente, desarrollando posiciones moralizantes. En esta línea, aparecen El Escándalo (1875), novel a tesis repleta de tales elementos, además de aspectos folletinescos y rígidos esquematismos psicológicos; El niño de la bola (1878), obra cuyo lenguaje castizo y popular halla su expresión más acabada y elegante; y La pródiga (1882), donde mejor se muestra ese giro radical que tomaron su carácter y conciencia.

Su novela más extensa, El sombrero de tres picos (1874), retoma, elaborándolo de nuevo, un motivo popular, el de el corregidor y la molinera. Muchos años después, Manuel de Falla se inspiró en él para componer un famoso ballet.