Apuntes de bosillo

Apuntes de bosillo

J.M. RODRÍGUEZ HERRERA
El padre de Francisco de Quevedo, don Pedro Gómez de Quevedo, ocupó importantes cargos en el servicio de palacio (por ejemplo, como secretario de Ana de Austria). Su madre, María de Santibañez, fue dama de la reina. Debido a esta proximidad de la familia a las actividades palaciegas, la infancia del escritor, nacido en 1580, transcurre en palacio.

Comenzó sus estudios en el Colegio Imperial de Madrid, perteneciente a la compañía de Jesús, y los completó en las universidades de Alcalá y Valladolid; en esta última ciudad, sede de la Corte entonces, estudió teología entre 1601 y 1606. De esos días proceden sus primeros enfrentamientos con el poeta Luis de Góngora, una enconada rivalidad que acompañaría siempre a ambos escritores.

Algunos de sus primeros poemas aparecieron en Las Flores de poetas ilustres, una obra recopilatoria a cargo de Pedro de Espinosa, que se publicó en 1605. Al año siguiente Quevedo regresa a Madrid y lleva el firme propósito de encontrar un lugar de éxito en ámbitos cortesanos. Para ello comienza una hábil aproximación al duque de Osuna, que se convertirá en su primer valedor –gracias al él obtuvo el hábito de Santiago–. Su producción literaria va tomando cuerpo con la redacción de Los Sueños y de la España defendida de los tiempos de ahora.

Hacia 1613 experimenta una profunda crisis espiritual, que deja huellas en los textos que compone, entre otros las lágrimas de Jeremías. En Italia transcurren los años siguientes como secretario y consejero del duque de Osuna. Comienza su periplo en Sicilia, donde el duque era virrey, con importantes misiones diplomáticas encaminadas a sostener la hegemonía española en Italia. Está desmotrada su participación en la «conjuración de Venecia»; éste y otros hechos, sumados a la caída en desgracia de sus protector, le valieron a Quevedo el encarcelamiento en Ucles (1620) y posteriormente el destierro en la Torre de Juan Abad, hasta 1622. Estos acontecimientos acentuaron sus carácter amargo.

El advenimiento de Felipe IV al trono levanta su castigo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas