Apuntes del bolsillo

<p>Apuntes del bolsillo</p>

JOSÉ M. RODRÍGUEZ HERRERA
En Villanueva de los Infantes, a 93 kms. de Ciudad Real, el más importante y famoso personaje que en esa villa residieron, fue sin duda Francisco de Quevedo. En el convento de Santo Domingo se conserva la celda donde pasó sus últimos días y donde murió, en 1645. Fue enterrado en la capilla de los Bustos de la iglesia parroquial de San Andrés, con su traje de caballero, con espada y espuelas de oro. Años más tarde, en 1925, se quiso llevar su cuerpo al Panteón de Hombres Ilustres de Madrid. El traslado no se llevó a cabo y los restos del escritor acabaron en un osario común.

Si el cuerpo de Quevedo no se ha podido conservar, lo que sí se ha mantenido son las numerosas casonas y palacios de aquella época, con sus escudos de piedra. Villanueva es una de las ciudades con más blasones. Los hay de la Inquisición; de las familias Ballesteros, Salazar (apellido procedente de una orden recibida de un rey: “Sal al azar y lucha”), Bustos (con un curioso lema: “Aunque no soy todo de oro, en el azul está el tesoro”).

Existen casonas hasta con tres escudos, como la de los melgarejos. Entre los más interesantes se encuentran el de la casa del Caballero del Verde Galván (el don Diego de Miranda que inmortalizó Cervantes); el de los infantes en la Albóndiga o el de la calle Don Pedro Fernández Sevilla, 1, con una estremecedora leyenda: “Yo (la muerte) a nadie respeto”.

Cabe decir del genial Quevedo, que una de sus obras mejores y más conocidas: El buscón, llamada después El gran tacaño (1626), joya magnífica de la novela picaresca española, donde volcó todo su ingenio festivo, socarrón e incisivo; los sueños, impresa en el mismo año, conjunto de sátiras de la vida española, adobado bajo el pretexto de un viaje a los infiernos, en que brillan la mordacidad y el verbo del famoso escritor. Es la vida de Quevedo, como su obra, reflejo de una personalidad poderosa y genial. Gran patriota, profundo cristiano, dotado de excepcional talento, imaginación poderosa, extraordinaria viveza y extensa cultura, es el escritor español de más variadas aptitudes.

Y si acaso va usted por Villanueva de los Infantes, puede quedarse en la Hospedería Real Buscón de Quevedo.

Publicaciones Relacionadas