Apuntes para una reforma política (2 de 3)

Apuntes para una reforma política (2 de 3)

Desde luego, en nuestro país, a diferencia de otros, que han iniciado su proceso de reformas, todavía no existen grupos significativos, influyentes, debidamente cohesionados que posean el poder necesario para impulsar las reformas del Estado. A ciencia cierta ignoramos si los políticos de carrera desean la modernidad del Estado, a veces nos surgen dudas bien fundamentadas, basadas en la falta de coherencia en el discurso de nuestros líderes.

Se ha logrado algo, pero todavía falta mucho camino por recorrer, por ejemplo, hay que modificar el Congreso, es necesario exigir nuevas condiciones para poder participar como candidatos en las elecciones para diputado o senador, estas deben ser independientes de la elección presidencial, el arrastre ha sido un lastre dañino para la sociedad y la democracia dominicana. El sistema electoral puede cambiarse sin necesidad de reformas a la Constitución, pero si falta una moral cívica y social que destruya por completo la cultura del lucro, es decir se requiere de agilizar y vitalizar nuestro Congreso para que sea consciente de su función y de su utilidad, pues, es necesario acortar la distancia entre electores y elegidos y la mejor forma de conseguir esto, es con una reforma electoral que contenga un sistema de elecciones “PRIMARIAS”, mediante las cuales los ciudadanos, y todos los votantes pudiéramos incidir en la decisión final de quienes esperan ser candidatos, pero también debemos cambiar los reglamentos del Congreso (Cámara de Diputados y Senado), de modo tal que puedan ser agilizados los debates en las sesiones, y se eliminen los tumultos que con frecuencia escenifican nuestros legisladores.

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