Aquel glorioso 15 de junio

Aquel glorioso 15 de junio

JESÚS MARÍA HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
Me ánimo a escribir estas líneas por lo decepcionado que me he sentido cada 15 de junio cuando no se recuerda uno de los días más memorables de la lucha de nuestro pueblo: el 15 de junio de 1965.

Debemos recordar que ese día la ciudad de Santo Domingo sufrió unos de los ataques más feroces de su historia, con una secuela de alrededor de 70 muertos, decenas de heridos y daños millonarios en las edificaciones de la llamada “zona constitucionalista”, formada por más de 150 cuadras de el centro de la ciudad.

Voy a referirme a dos hechos relacionados con esa fecha quizás poco conocidos por la ciudadanía. Con esto sólo deseo validar acontecimientos que deben formar parte de nuestra historia, dando fe de la valentía de nuestro pueblo en circunstancias tan adversas.

Siendo el suscrito alférez de navío-abogado de la M. de G. y participante del movimiento constitucionalista, había sido llamado el viernes 12 de junio, por el coronel Lora Fernández, jefe del Estado Mayor, del gobierno constitucionalista, para que me reuniera con un grupo de abogados civiles coordinados por el doctor Euclides Gutiérrez Félix, vice ministro de lo Interior de ese gobierno, para tratar un tema delicado, el coronel Caamaño muy disgustado con algunos hechos delincuenciales ocurridos en la zona constitucionalista por desaprensivos que aprovechaban la situación para cometer esos actos, muy pocos por cierto, sugirió establecer la pena de muerte por fusilamiento a estos delincuentes; esto no se aplicaría al adversario sino a los que cometieran delitos en nuestra zona.

Nos reunimos en la oficina de mi familia donde yo residía calle Sánchez 47, los doctores Euclides Gutiérrez, Ramón Blanco Fernández, Ramón Morel Cerda, Antonio Avelino, Arturo Mota (q.e.p.d), y otros cuyos nombres no recuerdo y luego de largas discusiones me encomendaron transmitir al coronel Lora Fernández lo inapropiado de una decisión en ese sentido ya que un “paredón” sellaría definitivamente la clasificación ideológica que los adversarios venían acusándonos.

El domingo 14 de junio se llevó a cabo en el Altar de la Patria el mitin más grande del movimiento constitucionalista, superado sólo por el de la Fortaleza Ozama cuando el coronel Caamaño entregó el poder.

El día 15 a las 8:30 de la mañana me dirigí al despacho del coronel Lora Fernández para darle respuesta de lo que se me había encomendado; en las escaleras del “Palacio Copello”, sede del gobierno constitucionalista me encontré con el amigo André Riviere valiente hombre que formaba parte del grupo de “Hombres Ranas”, que bajo el mando del coronel Montes Arache escribieron, quizás, las páginas más bellas del movimiento constitucionalista, André al verme me dijo: “Abogado acompáñame al Correo a indagar unos tiros que se están oyendo en esa zona”, al yo negarme por que tenía cita con el coronel Lora Fernández me dijo: “Te apendejaste, abogado” y se retiró. Unos 20 minutos después, estando con el coronel Lora Fernández lo llamaron por teléfono para comunicarle que acababan de matar a André frente del Correo, ahí empezó el largo y sangriento 15 de junio donde militares y civiles constitucionalistas detuvieron un ataque masivo del ejército más poderoso del mundo.

Decenas de morterazos y bazucazos caían sobre nuestra zona y ametralladoras de gran calibre barrían con una lluvia de balas la calle El Conde, los interventores avanzaban en Santa Bárbara, San Lázaro, San Carlos, etc.

Del Copello fui a mi residencia a buscar mi M-1 y me encontré con el doctor Euclides Gutiérrez, quien me expresó lo trágico que era que todas las comunicaciones telefónicas se habían averiado y que no había como comunicarse con el exterior, al informarle que en mi oficina un teléfono funcionaba localizó a la plana mayor política del gobierno constitucional encabezada por su canciller el doctor Jottin Cury para comunicarse con el profesor Juan Bosch en Puerto Rico e informarle de la situación. Durante esa conversación, que duró más de media hora, estuvieron presentes en mi oficina Antonio Guzmán, Euclides Gutiérrez, Salvador Jorge Blanco, Marcelino Velez Santana, Hugo Tolentino, Aníbal Campagna, Ramón Blanco Fernández, Virgilio Maynardi y quizás alguien más que no me acuerde.

El profesor Bosch le dijo al doctor Cury que si aguantábamos hasta la noche (sería la 1:00 de la tarde) el ataque se iba a suspender ya que se estaban movilizando protestas internacionales importantes, el doctor Cury quizás un poco optimista, le dijo: Que hasta dos días podíamos aguantar.

En la tarde el ataque seguía inclemente, miles de balas brincaban en las paredes de las calles de la ciudad, grandes columnas de humo negro se elevaban en varios lugares, principalmente de los edificios de las Aduanas, incendiados con pérdida total, pero no se cedió, los militares constitucionalistas y los comandos civiles resistían con un arrojo impresionante, el avance del adversario había sido detenido.

Durante la noche siguió el tiroteo ya en la mañana del 16 fue disminuyendo y a eso de la 1 ó 2 de la tarde empezaron a retirar los sacos de arena de la azotea de Molinos Dominicanos.

La solución militar había fracasado, ahora empezaba una nueva etapa con la Comisión de Negociación de la OEA y la Comisión Dominicana, un tira y jala, presiones van y presiones vienen, hasta aprobar un Acta Institucional y seleccionar un Presidente provisional, el doctor Héctor García Godoy; pero eso es ya otra historia.    

Publicaciones Relacionadas

Más leídas