Aquella Comisión de Recuperación de Tierras del CEA

Aquella Comisión de Recuperación de Tierras del CEA

Teófilo Quico Tabar

Cuando Don Antonio Guzmán tomó posesión de la Presidencia en 1978 y realizó los cambios en las distintas dependencias oficiales, se preocupó de manera especial por la recuperación de los terrenos del Consejo Estatal del Azúcar que se encontraban en manos de particulares. Ello así, puesto que las anteriores administraciones del CEA, específicamente durante el período 1970-1978 distribuyeron miles y miles de tareas propiedad de la institución estatal entre particulares, especialmente allegados al gobierno, pero fundamentalmente militares.

A tal efecto se creó la Comisión de Recuperación de Tierras del CEA, integrada por funcionarios de la institución, con la condición primordial de que ninguno podía tener vinculación con propiedades de caña, negocios de tierra, colonato o cualquier otra actividad vinculante.

Las primeras labores consistieron en hacer un levantamiento, para determinar qué cantidad de fincas propiedad del CEA estaban en manos de particulares, para lo cual se buscaron las informaciones de lugar en cada ingenio como en CEAGANA; reuniones a todos los niveles, ya que, aunque se conocía más o menos quienes eran los ocupantes, porque todos eran personas conocidas, no así la cantidad de tierras, porque a muchos de ellos las fincas les fueron otorgadas por orden de la Dirección, sin muchas o ninguna documentación; determinar cuales estaban destinadas a ganadería, agricultura, siembra de caña u otra actividad.

El trabajo no fue fácil. Hubo que lidiar con gente de poder, que aunque ya no contaban con todo el respaldo político de antes, conservaban determinadas influencias. Sin embargo, tan pronto se hizo pública la creación de la Comisión y se iniciaron los trabajos, muchas personas, incluyendo militares de alta graduación se presentaron o enviaron terceros para que trataran de regularizar su situación, cosa que ayudó bastante con el proceso de saneamiento.

Fueron años de ardua labor. Se recuperaron miles de tareas. Se le buscaron salidas a quienes habían hecho grandes inversiones hasta que terminaran las cosechas. Con algunos hubo que actuar de otra forma puesto que se resistían. Otros las entregaron sin poner resistencia. Surgieron desavenencias y enfrentamientos con personas y sectores, incluso con algunos funcionarios que de alguna forma habían participado en ese proceso de entrega de terrenos, pero al fin, la Comisión cumplió con lo que se le había encomendado.

De los miembros de esa Comisión, ya ausentes, recuerdo con cariño a Don Chichí Alburquerque, Mario Morera, Iván Houellemont, Freddy Madera y César Polanco, con quienes hicimos un verdadero equipo de trabajo en defensa de los intereses del Estado. No he vuelto a saber de Jowel Joseph, pero sí de mi estimado amigo José Enrique Hernández Machado, quien gracias a Dios sigue aportando desde el sistema Judicial.

Qué buenos tiempos aquellos. Cuánto celo por las propiedades del Estado. Qué ambiente de colaboración, armonía y fraternidad se respiraba. Con qué respeto escuchábamos los sabios consejos de Don Chichí Alburquerque, y qué comprensivo y persuasivo era cuando los más jóvenes entendíamos que se hacía necesario utilizar métodos más enérgicos.

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