Aquellos hermosos días

Aquellos hermosos días

Dentro de esta pudredumbre que nos ha tocado vivir, es muy grato recordar aquellos hermosos y agradables días, cuando esas inmensas montañas del saber, profesores extraordinarios, nos ilustraban con sus charlas, independientemente de la materia que impartían. Recuerdo, a veces, con gran emoción en medio de este lodazal en que vivimos y nos hunde en la ignorancia y la desesperación, a esos ilustres profesores de la escuela normal y la universidad, como Andrés Avelino, Onofre Marmolejos, Patín Maceo, Pedro Mir y otros tantos más, que solían hablarnos de los poetas, escritores, pintores literatos más famosos que ellos habían leído o conocían, y nos señalaban parte del contenido de sus diversas actividades, que nos hacían soñar despiertos y nos inducían a lograr en la vida metas similares, y obtener algún día esas inmensas cumbres del saber.

Es de gran alegría recordar a nuestro gran Patín Maceo, profesor de gramática, cuando nos hablaba de nuestros poetas y autores españoles y nos leía parte de algunas obras, como también nos deleitaba el Dr. Marmolejos con los relatos de Hamlet, el Rey León y otras obras de Shakespeare, o cuando nuestro gran poeta Pedro Mir nos enseñaba Prosodia Literaria y también hacía un aporte en su clase y nos leía una de sus más recientes poemas. Esa fue, quizás, la mejor época de nuestra juventud, a pesar que vivíamos en medio de la noche de la Era de Trujillo.

Ahora, en medio de otra naciente dictadura partidaria, no es posible que nuestra juventud pueda disfrutar, tal vez, como lo hicimos nosotros. ¡Qué pena! Sin embargo, hay que tener muy presente que nunca ha existido nada imposible de realizar o difícil; la historia universal está llena de acontecimientos extraordinarios y de roturas de oscuridades desaparecidas, pero también de deliciosas sinfonías que apaciguan el alma y llenan de tranquilidad el panorama que nos haya tocado vivir y que nos han hecho vivir algún jubiloso día. Luego, volvamos a sembrar nuestros sueños de paz y tranquilidad y recordemos que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero que tenemos que seguir soñando y aprendiendo. Esa es nuestra misión de vida. Nada es imposible y si no, recuerden a nuestro ejemplo, Duarte y los trinitarios y a Gregorio Luperon, nuestros más destacados ciudadanos.

 

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