“Aquí los ladrones son blancos”

“Aquí los ladrones son blancos”

Teófilo Quico Tabar

Eso de que “aquí los ladrones son blancos”, no es una novela de Gabriel García Márquez ni una canción de Shakira. Es una expresión que escuché esta misma semana fuera del país, cuando regresaba de Tierra Santa en un viaje familiar en uno de los países de Europa que sirven de escala para viajar a Medio Oriente.
Como ocurre en los viajes o tours, se sacan momentos para que, especialmente las mujeres, realicen algunas compras o suvenires para traer a familiares. Y resultó que estando mi esposa en un conocido local comercial, alguien sintió que le estaban intentando abrir la cartera. Para llamar la atención habló alto, procurando que quien estaba haciendo la acción quedara advertido. Pero rato después otra persona dentro del mismo local comercial dio voz de alarma de que alguien estaba intentando robar carteras.
Esa acción y el movimiento entre las compradoras, provocó una situación tal que hicieron presencia en el lugar varios agentes de seguridad, e incluso un oficial de la Policía que rondaba el área.
Al notar algo anormal, yo que estaba fuera esperando por ella, entré a buscarla y por casualidad llegué en el momento en que el personal de seguridad estaba realizando indagatorias al respecto. Fue cuando el militar dijo, de manera muy decente y profesional, que el problema no era tan fácil de determinar, porque aquí: “los ladrones son blancos”.
Como trato de conversar y conocer cosas de la cotidianidad, aquí y cuando estoy fuera, inicié una amigable conversación con el oficial de la Policía sobre esa expresión. Y con mucha lógica dijo, que en un país o ciudad donde hay tanta gente de diferente nacionalidad, se hace difícil establecer un patrón para determinar por fisonomía, quién puede ser el posible ladrón o mano suave. Que los hay de diferentes orígenes y colores. Pero que por experiencia, la mayoría de los que realizan esas acciones en los locales comerciales son blancos. Gente que sabe donde están las cámaras de seguridad y los puntos donde no alcanzan a grabar.
¿Cómo puede uno aventurarse a acusar una persona de fisonomía foránea sin tener seguridad? Por simple sospecha o por el color de su piel es peligroso. Eso requiere mucho tacto y cuidado, dijo. Ahora cualquiera puede ser objeto de una demanda. Porque imagínese, aquí el 90% de los clientes son de tez blanca. Además, agregó, somos un país de gente blanca.
En la noche, al encontrarme con mis estimados amigos, el profesional, escritor e intelectual Carlos Julio Báez Evertsz y por igual su esposa, Mirucha, hablamos de esa experiencia. Carlos, conocedor como el que más de la conducta humana y de sociología, me dijo que este es un tema interesante. Que esa expresión de que “Aquí los ladrones son blancos” tiene un contenido y una profundidad que probablemente ni el propio agente de seguridad conocía sus alcances. Una expresión simple pero capicúa.
Aunque como escribió alguien: “Seguramente que sí lo sabe cualquier persona que visite el Museo Británico en Londres para conocer la cultura mesopotámica, griega y muchas otras”.

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