El primer jugador dominicano que abrió las puertas para que después de él entraran cientos y cientos jugadores criollos a la gran carpa no merece que en el 2018 le pongan su nombre a la ruina que es actualmente el Estadio de La Normal.
Osvaldo Virgil no necesita reconocimiento de algunos diputados que legislaron para que le pongan su nombre al viejo y maltratado estadio de La Normal, que debió hace años ser patrimonio nacional por ser escenario de tantas buenas historias del béisbol romántico dominicano.
La Fedobe tiene sus oficinas en el viejo parque ubicado en el sector de Villa Consuelo y tampoco como Federación ha tenido iniciativas de remozar el estadio construido por el Gobierno de Trujillo.
Fedobe lo menos que pudo hacer es pintar la parte frontal del estadio de La Normal y arreglar el terreno y los baños, pero como de costumbre están esperando al Gobierno para que se apiade del pobre estadio de La Normal.
Bien podría el alcalde la ciudad, David Collado quien está activo en los eventos deportivos hacer un levantamiento del estadio de La Normal con el objetivo de iluminar el entorno, arreglar el terreno y cambiar los servicios sanitarios.
Donde está ubicado el parque de La Normal confluyen los sectores Villa María, Villa Consuelo, Villa Juana, Luperón, ese estadio podría convertirse en un centro deportivo donde los niños de esos sectores puedan jugar béisbol y después convertirse en jugadores profesionales de béisbol.
Es un tema de tomar una iniciativa seria y contundente para hacer de La Normal una instalación modelo donde la juventud de la Capital pueda disfrutar.
Espero que en los próximos días se haga el anuncio de la remodelación del estadio de La Normal.
Virgil es una personalidad muy decente, que aún con su edad, se mantiene activo en el trabajo del béisbol.
Los fanáticos lo apoyan y seguro que llegará una respuesta positiva.