Desde que fui por primera vez a Venezuela a una Serie del Caribe en el 2002 sabía que ese país no tenía las condiciones en el 2019 de montar el evento.
En el 2002 aún podías sentir una capital llena de plazas comerciales y de una agitada vida nocturna pero ya se proyectaba la crisis actual y se notaba entre los venezolanos un ambiente de incertidumbre y ansiedad.
No había que ser un experto en eventos deportivos para saber que en este momento el hermano país no tenía las condiciones para organizar la cita beisbolera caribeña.
Los fanáticos que asisten a las Series del Caribe buscan diversión, un ambiente tranquilo y buen beisbol. En Venezuela desde la primera vez que asistí vi un estadio lleno de soldados acompañados de armas largas y perros, hablo de aquella serie accidentada celebrada en el Universitario de Caracas en el 2002, donde un coronel apellido Soto se levantó en armas en contra de Chávez y el país se paró en medio del evento deportivo.
En esta ocasión Venezuela ha colapsado en su economía y no sería justo ir a jugar béisbol y montar una fiesta deportiva en un país donde la gente muere de hambre. Hoy en día Venezuela donde cada 25 minutos muere una persona por la delincuencia no podía montar la serie del caribe. Recuerdo la última vez que asistí a Venezuela en el 2014,como los principales hoteles de Isla Margarita que habíamos conocido en el 2009 cuando el Escogido representó el país habían sido expropiados por el gobierno y cerrados tirando todos sus empleados a las calles.
El afán del gobierno venezolano de montar la serie era simplemente vender una realidad inexistente en ese país. Decirle al mundo que ellos pueden organizar eventos en medio de un ambiente de inseguridad impresionante.