Todos los países de América que estarán en el Mundial de baloncesto, acelebrarse en China, tienen coliseos decentes donde pueden jugar y algunos convertirlos en centro de Entrenamientos para su equipo nacional.
En Puerto Rico, por ejemplo, en cualquier esquina hay una cancha con aire acondicionado. Mexico cuenta con coliseos que cumplen con los requisitos para jugar NBA. Recientemente se jugó partidos de NBA en la capital azteca.
Venezuela, con todos sus problemas, tiene instalaciones impactantes, tales como es el Poliedro, El Fórum de Valencia y la casa de los Guaros de Lara, en Barquisimeto, para citar algunas.
De todos esos países hay uno que solo cuenta con una instalación (Arena del Cibao) adecuada para que su selección nacional de baloncesto pueda entrenar: ese es República Dominicana, con pena lo cito.
Con 45 años de inaugurado el Palacio de los Deportes, catedral del baloncesto nacional, se cae a pedazos y las autoridades no hacen NADA al respecto, solo el famoso “paño con pasta”.
Nos dio vergüenza en las condiciones que estaba el Palacio la semana pasada cuando RD venció a Venezuela con la casa llena de aficionados.
Los baños en situaciones difíciles, pasillos oscuros dentro y fuera de la instalación y a pesar de eso el público desafía esas calamidades y abarrota el escenario que no cumple con ninguno de los requisitos para el montaje de un magno evento deportivo.
Un tabloncillo al que no le cabe más “ferré” y todavía muchos se preguntan cómo la Fiba permitió jugar en esa duela donde hoy recibimos a Brasil.