Las repostulaciones en países como el nuestro siempre han sido algo normal.
El deporte no escapa de eso. Dirigentes deportivos se convierten en eternos al frente de las federaciones y no hay organismos que regulen ni supervise sus éxitos o fracasos.
Figuras como Bienvenido Solano, Luisin Mejia, Antonio Acosta, para citar tres parecían eternos en sus federaciones. Solano en boxeo con muchas luces en cuanto a medallas en sus gestiones se mantuvo más de veinte años como mandamás del boxeo nacional.
Tito Pereyra, es otro de los que ha tenido la suerte de ser favorecido con el voto para mantenerse por muchos años al frente de la entidad que rige el béisbol en el país. Pereyra siempre ha sido blanco de críticas por la ausencia de los equipos dominicanos en competiciones internacionales. Osiris Guzman, eterno presidente de la federación de fútbol es otros de los ejemplos vivos de un jefe de federaciones que se ha mantenido en medio de situaciones no muy agradables para el balompié nacional.
Uno de los ejemplos más claros del reeleccionismo en la dirigencia deportiva fue el doctor José Joaquín Puello, quien fue presidente del COD por 22 años de su vida dejándole el puesto a Mejía Oviedo, actual presidente con varios periodos.
Otro con suerte es el de esgrima quien se vio envuelto en una situación judicial con atletas medallistas de esta disciplina y salió por la puerta grande excluyendo a los atletas de la disciplina y premiado como Jefe de Misiones por el COD en los pasados Juegos Olímpicos.
El relevo generacional está lejos de ser realidad en la dirigencia deportiva nacional.