Bautizado por Max Reynoso como el Fantasma Azul se nos fue de la vida terrenal. Con un estilo inimitable de fildeo Tony “Cabeza” Fernández hizo de sus manos su carta de presentación.
Su gran inteligencia para colocarse en la defensa lo hizo posicionarse en la élite de los jugadores de esa posición en el Big Show.
“Cabeza” como le apodaron aunque no le gustaba, paseo su juego de piernas por los mejores diamantes del béisbol de grandes ligas. Sus cuatro guantes de oro no dicen lo bueno que era Tony con el guante. Un talento envidiable que todavía muchos no asimilan su grandeza.
Fernández, para otros “Fernando” fue identificado por el súper scout dominicano Eppy Guerrero y de inmediato con El padrinazgo de Monchin Pichardo jugó pelota criolla dejando huellas imborrables en las paradas cortas del viejo Estadio Quisqueya.
Tony también fue un artista con el madero al hombro. Fino bateador hacia la banda contraria y del del momento oportuno del juego. Aquí ganó un campeonato de bateo y las mayores tuvo temporada de 200 o más hits.
Fernández, abrazó el evangelio y siempre la biblia fue su acompañante. En muchas ocasiones fue consejero de sus compañeros, rivales y amigos. Lo conocí vía Amaury Telémaco y me quede impactado con su personalidad.
El deporte dominicano pierde un gran atleta y un ser humano difícil de encontrar en estos tiempos
En paz descanse descanse el “Fantasma Azul” el mejor SS dominicano de todos los tiempos.