PARIS (AFP).- El estado del líder palestino Yasser Arafat, de 75 años e internado en un hospital cerca de París, se agravó seriamente este martes, y los responsables palestinos que pudieron verlo consideran que a partir de ahora se encuentra «entre las manos de Dios».

   Arafat se encontraba este martes en estado de «coma más profundo» que el día anterior, según el servicio de salud del ejército francés a cargo del hospital de Percy. La delegación palestina que viajó desde Ramala (Cisjordania) para verificar su estado de salud confirmó que el «rais» está «muy mal», aunque aseguró que su corazón, sus pulmones y su cerebro «todavía funcionan».

   «Su suerte está en las manos de Dios», dijo con resignación el ministro palestino de Relaciones Exteriores, Nabil Chaath, durante una conferencia el martes por la noche en París.

   Otros indicios permitían pensar que el desenlace podría ser inminente.

   Por un lado, la delegación regresó esta misma noche a Cisjordania. Además, israelíes y palestinos se pusieron de acuerdo sobre el lugar en el que será enterrado el «rais». Por último, 13 grupos palestinos realizaron una reunión de urgencia para discutir los preparativos del sepelio.

   Si bien Arafat parece encontrarse al borde de la muerte, Chaath descartó por completo la posibilidad de practicarle una eutanasia y afirmó que ni los médicos ni la familia pensaron en esa alternativa.

   «La gente tiene la impresión de que el presidente puede ser conectado o desconectado en cualquier momento. Es ridículo. Nosotros, musulmanes, descartamos la eutanasia», declaró tajantemente Chaath.

   También informó que Arafat «no tiene ningún tumor maligno ni cáncer» e indicó que hasta el momento los médicos «descartaron la hipótesis de un envenamiento», algo que produjo alivio en Israel, según la televisión pública israelí.

   Arafat sufrió una hemorragia cerebral, agregó por su parte el ministro de Negociaciones Saeb Erakat en una conferencia de prensa en Ramala. «Los médicos franceses hacen todos los esfuerzos posibles para controlar esta hemorragia», dijo Erakat.

   A las 15H30 locales (14H30 GMT), el servicio de salud del ejército francés había reiterado los términos de un comunicado difundido poco antes por el médico-general Christian Estripeau, según el cual «el estado de salud de Arafat se agravó durante la noche» y su coma era ahora «más profundo».

   Las declaraciones de Chaath y los médicos franceses en París pusieron fin a las especulaciones sobre el estado de Arafat, que incluyeron un anuncio de la muerte del «rais» a media tarde por parte de un ministro palestino desde Ramala.

   «La cuestión es saber cómo y cuándo lo vamos a anunciar. Pero está muerto, eso es seguro», había dicho ese ministro, que no quiso revelar su identidad.

   La delegación palelstina que visitó este martes el hospital de Percy estuvo compuesta por el «número dos» de la OLP Mamhud Abbas, el primer ministro Ahmad Qurei, el presidente del Consejo Legislativo palestino, Rawhi Fatuh, y el propio Chaath, encargado de hablar con la prensa.

   La visita de la delegación también puso punto final a los rumores sobre un conflicto con la esposa de Arafat, Suha, de 41 años, que había acusado a los dirigentes palestinos de querer «enterrar vivo» a su marido.

   La delegación palestina se había entrevistado por la mañana con el ministro francés de Relaciones Exteriores, Michel Barnier. Después de la visita también visitaron al presidente Jacques Chirac.

   Por otra parte, palestinos e israelíes llegaron a un acuerdo este martes sobre la organización de los funerales de Arafat, indicó un dirigente palestino.

   Los palestinos quieren enterrar a Arafat en la Muqata, su cuartel general de Ramala en el que llevaba confinado tres años antes de ser trasladado a Francia, dijo el secretario de la presidencia palestina, Tayeb Abdelrahim.

   El primer ministro israelí Ariel Sharon convocó el miércoles a los responsables de Defensa para discutir esa posibilidad, según la televisión pública israelí.

   La atención mundial sobre la suerte de Arafat quedó reflejado este martes en una conversación telefónica entre George W. Bush y Jacques Chirac, en la cual el presidente estadounidense se interesó sobre el estado de salud del «rais», a quien sin embargo ha ignorado en forma deliberada en los últimos años.

   En ese sentido, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, aseguró el martes en México que su país está «dispuesto a comprometerse con los dirigentes» designados por los palestinos, en caso de fallecimiento de Arafat.