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Conforme a las declaraciones del premier israelí Ariel Sharón difundidas al mundo por agencia española de noticias EFE el día dos del presente mes de abril en el sentido de que Israel puede atacar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat y que no puede permanecer para siempre donde está, el rais del pueblo palestino es la próxima víctima del holocausto del pueblo palestino que propicia el sionismo retrógrado.
Resulta idéntico al señalamiento que sobre el mismo tema expresó Sharón el 17 de enero último respecto al jeque Ahmed Yasin, fundador de Hamás, efectuándose su asesinato el 21 de marzo, con la cronológica saña típica en los criminales y genocidas, como Sharón.
Respecto a Arafat, es evidente que cumplirá su promesa velada, y no tan velada, a quien acorrala desde hace más de dos años en el cuartel general de la ANP en la ciudad de Ramalá, rodeado por los tanques del Tzahal (Ejército), que ocupan ilegalmente Cisjordania y la Franja de Gaza, que es el territorio acordado por Camp David de 1979 y Oslo de 1993 para sede de la ANP, crisálida del inexorable Estado Palestino, sin cuya fundación no habrá paz nunca en Oriente Próximo.
El martirio de Arafat, líder indiscutido del pueblo palestino en la ANP, unos tres millones, y en la diáspora, unos cuatro millones, es evidente que será un hecho si el presidente George Bush no insta a lo contrario a su pupilo Sharón, cuando se reúnan el próximo 15 de este mes de abril en la Oficina Oval.
Conforme a la resolución del Consejo Nacional Palestino reunido en Rabat, Marruecos, el 02-02-69, Arafat asumió la presidencia de la Organización para la Liberación Palestina, y el 26-29-73, los países árabes respaldaron en la Cumbre de Rabat a la OLP como el único legítimo representante del pueblo palestino, en ese tiempo casi todo en diáspora.
La resolución de las Naciones Unidas número 242 del 22-11-67, insta a Israel a retirarse de los territorios ocupados en la guerra de ese mes y año, que el Estado judío ha obviado, como siempre, reteniendo la parte oriental de Jerusalén que la ONU internacionalizó, y ocupando con el Tzahal, a Cisjordania y Gaza, en violación a todos los acuerdos posteriores y al reclamo de la comunidad internacional, la Liga Arabe y países vinculados con Occidente en el mundo árabe, como Jordania, Egipto y Arabia Saudita.
Un cable noticioso difundido el día primero de este mes de abril por EFE, ilustra como desde la imprudente presencia de Sharón en la Explanada de las Mezquitas, el 28 de septiembre de 2000, autorizada por el entonces premier laborista Ehud Barak, se inició la segunda Intifada que ha costado al Estado judío y a los israelíes US$33 mil millones, repartidos en US$18 mil millones en equipamiento militar y el resto en pérdidas por producción industrial, agrícola y turismo.
En la contrapartida correspondiente al sojuzgado pueblo palestino, ha podido a duras penas sobrevivir la persecución, torturas y asesinatos, destrucciones de viviendas, diseminación del terror para obligarlos a despoblar Palestina con el propósito de Israel anexionarla toda, ha sumido en la miseria a los tres millones de palestinos que residen en Gaza y Cisjordania, subsistiendo económicamente por donaciones de países árabes petroleros del Golfo y de Siria.
La Hoja de Ruta, proyecto de paz elaborado en junio 2002 por el presidente Bush, ha sido boicoteada con la insistencia y tenacidad proverbial en los judíos, cuya terquedad recoge el pasaje bíblico de Isaías 1:23 que dice: «Tus príncipes son tercos y socios de ladrones»….
La alerta para evitar el asesinato del rais está dada. Sólo el presidente Bush jr. podrá evitarla, y nadie más, porque nadie más provee respaldo al Estado sionista en la medida en que lo han hecho siempre Estados Unidos.
