Arafat tendrá un entierro popular; recibirá
hoy en Egipto un funeral de Estado

Arafat tendrá un entierro popular; recibirá <BR>hoy en Egipto un funeral de Estado

REDACCIÓN CENTRAL (EFE).- Yaser Arafat, líder de un pueblo sin Estado, ha recibido ayer, tras su muerte, honores militares en Francia y tendrá, hoy viernes, un funeral de Estado en Egipto y un entierro popular en Cisjordania.

   Francia, que acogió al histórico líder palestino en los últimos días de su vida, le despidió con honores militares en una basa aérea cerca de París, desde donde sus restos emprendieron la primera etapa de su último viaje.

   El féretro, cubierto con la bandera palestina, llegó poco después de las 16.30 locales (15.30 GMT) a la base de Villacoublay desde el hospital militar de Percy donde era tratado de una dolencia de origen desconocido que finalmente acabó con su vida la pasada madrugada.

   Bajo un plomizo cielo gris, ocho soldados del Ejército de Tierra recogieron el ataúd del helicóptero militar y con él a hombros recorrieron los escasos metros de pista que los separaban de las autoridades, mientras resonaba la «Marcha fúnebre» de Chopin y ante un destacamento de la Guardia Republicana que presentaba armas.

   La viuda, Suha Arafat, flanqueada por el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, y el jefe de la diplomacia palestina, Nabil Shaat, no pudo contener las lágrimas en la sobria ceremonia previa a la salida de los restos hacia El Cairo. El aparato que transportaba el cadáver despegó a las 17.35 hora local (16.35 GMT).

   Será en la capital egipcia, en una mezquita cercana al aeropuerto, donde se celebrará el funeral al que acudirán varios jefes de Estado, ministros de Asuntos Exteriores y otros representantes políticos internacionales.

   La ceremonia, que se celebrará en la Mezquita del Club Al Jala, estará oficiada por el gran jeque de la mezquita Al Azhar y máxima autoridad del Islam suní, Mohamed Sayed al-Tantaui.

   Al acto está previsto que acudan, entre otros, el rey Abdalá II de Jordania y los presidentes de Suráfrica, Thabo Mbeki; Argelia, Abdelaziz Buteflika; Túnez, Zin el Abedin Ben Ali, y Yemen, Ali Abdalá Saleh.

   De Europa han confirmado su asistencia el ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, y sus colegas, el británico Jack Straw y el francés Michel Barnier, mientras que Estados Unidos ha enviado a lo que se considera un representante «de nivel medio», como es William Burns, subsecretario de Estado para Oriente Medio.

   Desde El Cairo, los restos de Arafat serán trasladados en helicóptero a Ramala, donde el pueblo palestino podrá despedirse de su líder, que verá cumplido el deseo de casi todo buen musulmán: morir o al menos ser enterrado en un viernes de Ramadán, uno de los meses más sagrados del Islam, durante el que el Corán dice que las puertas del cielo permanecen abiertas y el diablo está encadenado.

   Antes de aterrizar en Ramala, el helicóptero sobrevolará la franja de Gaza, después de las protestas de la población de este territorio, que no podrá decir adiós a su líder.

   Los palestinos podrán rendir homenaje a su fallecido presidente hasta las 15.00 de la tarde (13.00 GMT), en un salón de la Mukata, la prisión convertida en cuartel general de la Autoridad Nacional Palestina durante los cuatro años en que Israel confinó al líder palestino.

   Según la tradición islámica, los restos serán cubiertos con la tradicional mortaja blanca y la bandera palestina.

   Bajo la cabeza, los clérigos colocarán un puñado de alheña, una pasta de color rojizo tradicional en el mundo árabe.

   A diferencia de los entierros musulmanes comunes, en los que el cadáver es colocado sobre la misma tierra, sin féretro, Arafat será introducido en una suerte de sarcófago de piedra en cuyo interior se colocará tierra de la mezquita de Al-Aksa, tierra que hoy fue trasladada a Ramala por activistas del movimiento Al-Fatah.

   Israel no ha permitido que el fallecido presidente sea enterrado en Jerusalén por posibles consecuencias políticas.

   Inmediatamente después de su muerte, los gobiernos y dirigentes mundiales destacaron el papel de conductor de la lucha palestina por la independencia de Yaser Arafat, incluidos líderes estadounidenses, como el secretario de Estado, Colin Powell, quien reconoció que «a los ojos del pueblo palestino, encarnaba sus esperanzas y sueños de lograr un estado palestino independiente».

   Por su parte, el ex presidente estadounidense, Jimmy Carter, quien medió en los acuerdos de Camp David de 1978 que sellaron la paz entre Israel y Egipto, lamentó que Arafat «fuera excluido de un papel negociador en años recientes».

   Mientras, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó quizá un sentir general al lamentar que Arafat no llegara a ver realizadas sus aspiraciones de un Estado para el pueblo palestino.

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