Las divergencias entre Donald Trump y Xi Jinping sobre el comercio entró en la fase peligrosa, en la espiral proteccionista. Las consecuencias no son imprevisibles, los precios más altos de los productos repercutirán en el bolsillo del consumidor, se pagarán más caros en ambos países, y en toda parte, por el impacto negativo en las cadenas de suministros, lo que ralentizará el comercio y el crecimiento global proyectado en 3% en 2018 y 2019. Para el Banco Mundial el comercio podría caer 9%, número parecido al de la crisis financiera (2008-2009), con consecuencias severas para los países latinoamericanos.
Trump dio el primer golpe sin considerar que el proteccionismo de Herbert Hoover (1929-1933) aumentó el desempleo de 1.6 millones en 1929 a 12.8 millones en 1933. Y sin evaluar la opinión dominante de historiadores económicos, que el aumento de tarifas a casi todos los productos importados por la Ley Smoot Hawley Tariff de junio 1930 causó respuestas similares de los países europeos y otras regiones.
Un primer efecto de las tarifas de Trump y Jinping es el desvió de comercio, podríamos aprovecharlo para aumentar nuestras ventas a ambos mercados, ocupando parte del espacio que dejan libre.
Mi consejo es que los ministerios de Agricultura y de Industria, Comercio y Pymes, conjuntamente con empresarios delConep y otras instituciones, calibren las consecuencias de la guerra arancelaria, y elaboren una lista de productos agrícolas y manufacturados sujetos a aranceles con los que podríamos competir, acompañándola de análisis rigurosos por productos, dejando claro aspectos como los siguientes: a) costo-beneficio;b) impacto en el empleo y en la productividad; c) escenarios considerando si el juego de toma y daca Trump-Jinping es o no constante y duradero; y d) si la escalada de represalias justifica concentrar inversiones-con estimados de monto-para fomentar los productos con arancel.
La lista debe publicarse rápidamente. Sería contrapeso del aumento de incertidumbre causado por el proteccionismo, y positivo para el crecimiento de la economía, que para este año se proyecta entre 5.5% y 6.0%, por el impulso del consumo y la inversión de familias, empresas y Gobierno, recordando que el encarecimiento de las importaciones, por el mayor precio del petróleo y las tarifas Trump-Jinping, resta crecimiento.
Estoy seguro que el Banco Central y el Ministerio de Hacienda investigan el impacto de los aranceles en las finanzas públicas, de empresas y familias. Deben estar mirando los efectos en la economía si China reduce las compras de bonos del Tesoro estadounidense, que alteraría los mercados de capitales, inversión, bolsas de valores y productos (oro, plata, petróleo, etc.). China controla la quinta parte de los títulos estadounidenses con una inversión de US$1.17 billones, una cifra que es 15.4 veces superior al PIB en dólares de República Dominicana. Y revisando el impacto de todo lo anterior en el valor del dólar en el mercado internacional, para adelantar políticas precautorias.
Si nos llevamos de Trump diríamos que nuestro déficit comercial se debe a prácticas desleales de Estados Unidos y otros países, pero no es así, es porque gastamos más de lo que ingresa, y debido a la falta de reformas estructurales; explicaciones que son válidas para el déficit comercial de Estados Unidos. Así que Trump está equivocado.