Arbitrario orden de prioridades

Arbitrario orden de prioridades

La convocatoria para la firma de un pacto eléctrico parece cosa inminente, según se desprende del anuncio hecho hace un par de semanas por el ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta. El primer día de abril de este año se firmó el Pacto por la Educación, que complementa pasos importantes en ese sector, entre los que hay que contar la inversión del 4% del PIB e innovaciones en la enseñanza. Y aunque sin definición aún, parecen dadas las condiciones para negociar, y quizás lograr, un pacto para mejorar los deprimidos salarios.

En cambio, la suscripción de un pacto fiscal integral no aparece en la agenda de prioridades, a pesar de que el país necesita evolucionar de su estructura tributaria, que es regresiva en mucho más del 50%, a una progresiva que es lo más saludable. El Gobierno no quiere embarcarse en reformas estructurales que, entre otras cosas, le obligarían a modificar dramáticamente su criterio libertino de gasto público y otros aspectos del manejo del erario.

Una cronología que parecería lógica habría colocado la reforma fiscal a la cabeza del orden de prioridades, para que sirva de zapata en la que quedarían asentados los pactos eléctrico, educativo y salarial. Parece que seguiremos indefinidamente arrastrando el lastre de la estructura tributaria regresiva con todas sus negras consecuencias.

Insistamos en las buenas prácticas

Una forma de ganar competitividad es lograr superar las prácticas que motivan rechazo de nuestros productos en el exterior. Al principio del DR-Cafta era decepcionante el alto porcentaje de devolución, por parte de Estados Unidos, de embarques de productos dominicanos enviados a ese país. Para productores y Gobierno era un desafío crucial lograr revertir esa tendencia.

Hoy por hoy, el esfuerzo conjunto de Gobierno, productores y exportadores ha permitido reducir en un 33%, según cifras del CEI-RD, las devoluciones de embarques dominicanos desde puertos de nuestro principal socio comercial. Eso indica que hemos superado muchas de las causas de devoluciones y que hemos adaptado nuestras prácticas a los criterios convenidos en aquel tratado. Este signo alentador debe estimularnos a persistir en las mejores prácticas para acreditar nuestros productos en Estados Unidos y más allá.

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