Arbour denuncia continuas violaciones mujeres campamentos Darfur

Arbour denuncia continuas violaciones mujeres campamentos Darfur

Ginebra, (EFE).- La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos (ACDH), Louise Arbour, denunció hoy que las mujeres de los campamentos de desplazados de la región sudanesa de Darfur son sistemáticamente violadas por grupos de rebeldes, sin que las autoridades de ese país les ofrezcan una mínima seguridad.

«Están aterrorizadas… Los hombres no pueden salir de los campamentos porque los matan. La única manera de que (las familias) puedan obtener algún ingreso es que salgan las mujeres, pero sufren violaciones o agresiones sexuales», explicó la responsable de los derechos humanos en la ONU.

Arbour compareció hoy ante la prensa en Ginebra para explicar su último viaje a varios países del Cuerno de Africa como Sudán, Etiopía y Somalia, además de Kenia, al tiempo que anunció sus próximos desplazamientos a Camboya y Guatemala.

Sudán vive una situación de crisis permanente, pues pese a haber concluido el conflicto civil del sur del país en un reciente acuerdo de paz, su región occidental de Darfur sigue siendo escenario de enfrentamientos entre diferentes grupos rebeldes, que además atacan los campamentos de refugiados y se infiltran en ellos.

Esas facciones no se sumaron al acuerdo de paz alcanzado el pasado 5 de mayo entre el gobierno sudanés y el principal grupo rebelde, el Movimiento de Liberación de Sudán (MLS), por lo que continúa un conflicto que ha causado entre 180.000 y 300.000 muertos, así como 2,4 millones de refugiados y desplazados.

Esas personas viven en diferentes campamentos de desplazados de esa provincia occidental sudanesa y fronteriza con Chad, y dependen de los diferentes programas de la ONU para su alimentación.

«El nivel de agresiones sexuales que sufren las mujeres no ha bajado ni es una situación que esté bajo control», afirmó Arbour, jurista canadiense, que durante su viaje de cinco días a Sudán a principios de mayo se entrevistó tanto con las autoridades del país africano, como con representantes de grupos rebeldes, de ONG y con víctimas de la violencia.

Las entrevistas de la responsable del ACDH con las víctimas de la violencia sexual fueron «privadas», y según explicó «lo que me contaron sigue siempre el mismo patrón: ocurre cada vez que salen de los campamentos de desplazados».

«Muchas mujeres han tenido hijos después de esas violaciones y están muy preocupadas por sus niños, porque no tienen el nombre de sus padres», señaló Arbour, que también dijo que, en su mayoría, los agresores pertenecen a las milicias proárabes «yanyauid» (afines al Gobierno), lo que «estigmatiza a esos niños en su sociedad», mayoritariamente cristiana.

Agregó que aunque las autoridades sudanesas dicen que han adoptado diversas iniciativas para acabar con esos delitos, desde su «punto de vista son solo iniciativas de papel».

«Las autoridades no van a los campamentos a hablar con las mujeres», indicó Arbour, que señaló que la intervención oficial se limita a pedir a las comisarías cifras sobre esos delitos y que «no hay ni investigación ni persecución de la fiscalía».

La seguridad exterior de los campamentos de refugiados en Darfur recae sobre las fuerzas de seguridad sudanesas, pero según Arbour en su visita a esos campamentos: «nunca vi una patrulla… No hay progresos en la lucha contra la impunidad en Sudán. Los avances son invisibles».

Subrayó que además «la situación de la ayuda humanitaria se ve impedida no sólo por el conflicto, sino también por la falta de entusiasmo de los donantes» internacionales.

Ante la escasez de recursos, el Programa Mundial de Alimentos (PAM), dependiente de la ONU, ha tenido que recortar este mes las raciones alimentarias que distribuye en Darfur.

Respecto a la situación del sur del país, en donde está vigente un acuerdo de paz, Arbour señaló que ese pacto da alguna esperanza a la población, pero afirmó que «Sudán no es un país que tenga que ser reconstruido, sino construido en su totalidad».

«No puede haber esperanza de paz, si antes no hay desarme. En el sur de Sudán hay todavía muchas armas y siguen las actividades de los grupos armados. Lo más urgente es el desarme y la desmovilización de las milicias», afirmó.

Asimismo se refirió a Etiopía y Somalia, otros dos países en donde la situación de derechos humanos «es muy seria», y que calificó como parte de las «crisis olvidadas de Africa».

En Somalia «hay un sentimiento de frustración porque la comunidad internacional no está lo suficientemente comprometida», dijo Arbour. EFE

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