Argénida Romero nos hace parte de sus “Mudanzas”

Argénida Romero nos hace parte de sus “Mudanzas”

Como a muchos periodistas, a Argénida Romero le fascina preguntar, mas no le gusta que le pregunten. Es por eso que esa mañana cuando visitó ¡Vivir! la primera advertencia que nos hizo fue: no me gusta hablar de mí misma.

Pero, ¿qué  madre no se emociona al hablar de su hijo? Ninguna, y ella no es la excepción. Desde que  le pusimos el tema de “Mudanzas” nos enfrascamos en un largo e interesante viaje en el que  la pasión por la lectura y la vocación de escribir son las paradas principales.

¿Yo escritora?  Aunque escribe desde los 13 años, a Argénida le llevó un tiempo asimilarse como escritora.

“Mi  primer escrito fue cuando estaba en octavo curso. Recuerdo que lo escribí en un cuaderno de tapa azul y que era un poema de desahogo”, expresa.

Sin embargo,  fue muchos años después cuando Argénida comenzó a aceptarse como escritora. Esto gracias a los comentarios que recibía en su blog, El Diario De La Rosa.

Este hecho, sumado a las intermediaciones de la escritora Rosa Silverio, quien le hizo “la pregunta del millón de pesos”: ¿Por qué no publicas un libro? decidieron el nacimiento de su primer libro. 

“Mudanzas”

Esos recuerdos de momentos y de lugares  en los que has estado y que te llevas cuando te mudas de un lugar a otro… esto es “Mudanzas”.

El libro está compuesto de treinta y un poemas, que en su conjunto evocan ese dejo de nostalgia y melancolía y esa inquietud del tiempo tan presente en la obra de esta escritora.

Además, es una especie de respuesta a ese llamado que las letras le hicieron a Argénida Romero.

Zoom

Más sobre Argénida

Curioso

Necesita para escribir un bolígrafo azul

Padrinos de su libro

Rosa Silverio y Santiago Almada

Su blog

www.eldiariodelarosa.blogspot.com

Su libro

Está  en Thesaurus a 150.00

Uno de sus poemas

Pereza matinal

Aquí está, este instante

seis en punto, techo blanco,

ojos abiertos, resurrección momentánea,

la efímera eternidad sacude el silencio de las paredes

y la vida espera, detrás de la puerta,  con su carga cotidiana: ducha, café, sol o lluvia,

noticiarios, asfalto, tránsito,

escritorio, flores, palabras, periódicos, verdades, mentiras,

él, ella, nosotros, agendas, risas, llanto (a veces), políticos,

discursos, recuerdos, él (a veces también), esperanzas, hastíos, rabias, cielo…

Ojos cerrados,

otro instante.

Seis y media.

Pie

Mi poesía es una voz. Al compartirla  descubrí que las palabras sirven de puentes”.

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