BUENOS AIRES.- (AFP) – El gobierno argentino amenazó ayer lunes con aplicar duras sanciones, que van desde las multas hasta las penas de prisión, a empresarios y comerciantes que ignoren el acuerdo de precios en el sector de la carne bovina, al redoblar el esfuerzo por frenar la inflación.

“Esto no es un acuerdo que si no se cumple no pasa nada. Ahora entró en vigencia una resolución que prevé sanciones y las vamos a cumplir”, advirtió una fuente del Gobierno en declaraciones a la prensa. El últimatum fue transmitido por el Gobierno a los sectores económicos vinculados a la faena y venta de carnes. La autoridad de aplicación será la secretaría de Comercio Interior, a cuyo frente se encuentra desde hace una semana Guillermo Moreno, encargado de las negociaciones con el sector.

Según la fuente, de no bajar los precios al mostrador en un 15% en promedio, como lo prevé un acuerdo alcanzado el jueves pasado, entrará en vigor la ley de Abastecimiento de 1974, creada por el tercer gobierno del presidente Juan Perón (1946-1952, 1952-1955 y 1973-1974).

La norma contempla multas y clausura durante 90 días con inhabilitación de ejercer el comercio en los casos menos graves. Pero los castigos llegan hasta la inhabilitación por dos años y arrestos de seis meses a cuatro años en los casos más severos.

En cambio, el Gobierno estima que si antes del fin de semana bajan los precios, comenzará una apertura gradual de las exportaciones, suspendidas desde marzo por 180 días para impedir la escalada de precios. “Esperemos que no sea necesario sancionar a nadie; de hecho, la carne bajó (el domingo) en los supermercados y esperamos que desde hoy (lunes) comience a bajar en las carnicerías”, dijo la fuente.

La medida se enmarca en una cruzada para bajar el precio de la carne en el mercado interno por parte del gobierno de Néstor Kirchner, que se enfrenta a poderosos ganaderos y a un complejo entramado en la cadena de comercialización del sector.

“No nos parece en absoluto normal” la decisión del gobierno de aplicar la norma, dijo el lunes Hugo Bolciati, vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que reúne a los grandes productores agropecuarios.

Bolciati advirtió que la ley de Abastecimiento “ya ha tenido su historia, ha sido suspendida en su aplicación y reimplantarla de esta manera, por algo que está en debate y que está en vías de solución, es dar una vuelta de tuerca que parece un poco sobreactuado”.

   “Lo que habría que hacer es concentrarse en aumentar la oferta y lo que se hace es achicarla, ya que hoy en día no es fácil ampliar el negocio ganadero e invertir”, insistió el productor.

   La carne es el principal alimento de los argentinos y sus precios tienen fuerte incidencia en el índice de inflación, la principal preocupación del Gobierno que busca disminuir este año la tasa registrada en 2005 de 12,3% y que acumuló 2,9% en el primer trimestre de 2006.

   El gobierno anunció el jueves pasado un acuerdo de precios con frigoríficos y supermercados, para bajar el precio de 12 cortes de carne un 15% en promedio.

   Pero a la vez mantiene la suspensión de las exportaciones que impuso en marzo para garantizar el abastecimiento del mercado interno, lo que provocó la ira de los ganaderos.

   Las exportaciones argentinas de carnes representaron unos 1.500 millones de dólares el año pasado, con un alza de 40% respecto de 2004.

   La suspensión de las exportaciones cárnicas argentinas impactará en el comercio mundial de alimentos con una reducción de 2% este año comparado con 2005, según el departamento de Agricultura de Estados Unidos.