Personas participan en una manifestación convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical del país e identificada con el peronismo, hoy, en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
Buenos Aires.-Argentina comenzó la media jornada de huelga general, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y secundada por partidos políticos y organizaciones sociales y de derechos humanos, entre otras, en lo que supone el primer gran pulso entre el sindicalismo argentino y el Gobierno de Javier Milei.
Con la medida, convocada entre las 12:00 (15:00 GMT) y las 00.00 hora local (03:00 GMT del jueves), la principal central sindical del país, de inspiración peronista, exhibirá su fuerza para protestar contra las reformas del Ejecutivo ultraliberal, que buscan desregularizar la economía y desarmar la estructura del Estado como se conoce hoy.
Es la primera huelga general convocada en Argentina desde el 29 de mayo de 2019, durante el Gobierno del centroderechista Mauricio Macri (2015-2019), bajo cuya gestión hubo cinco.
En la gestión del peronista Alberto Fernández (2019-2023), pese a las cifras socioeconómicas que derivaron en un cierre de diciembre con un 211,4 % de inflación anual, la más alta del mundo, superando a Líbano y Venezuela, y un 40 % de pobreza, no se hizo ninguna.
Ministros cargan contra la “oligarquía”
Los ministros del Gobierno de Javier Milei cargaron contra la “oligarquía” de sindicalistas que organizan el primer paro general contra la Administración del libertario por considerar que buscan defender sus “privilegios”.
“El paro no tiene justificación”, publicó la canciller argentina, Diana Mondino, en su cuenta de la red social X.
“Convocado por la oligarquía de millonarios con autos blindados y chófer, falsos representantes de los trabajadores, ratifica que estamos en el camino correcto. Las cosas se consiguen con esfuerzo, no llorando y pataleando”, explicó.
La titular de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, quien se encuentra en Paraguay con motivo de una reunión del Mercosur, remató: “No les tenemos miedo”.
El ministro de Economía, Luis Caputo, se sumó a este mensaje y agregó: “Nunca tan claro para la sociedad que estamos frente a un paro político por tocarles privilegios”, en la misma red social.
“No hay paro que nos detenga, no hay amenaza que nos amedrente”, publicó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en su cuenta de la misma red social.
La excandidata presidencial de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, que ahora integra el gobierno de Milei, trató a los dirigentes que lideran la protesta de “sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza, jueces cómplices y políticos corruptos”, que están “defendiendo sus privilegios, resistiendo el cambio que decidió la sociedad democráticamente y que lidera con determinación el presidente”.
El ministro de Defensa, Luis Petri, quien acompañaba a Bullrich en la fórmula presidencial, afirmó que en su cartera “se trabaja con normalidad”.
Petri recalcó que “a 44 días” del Gobierno de Milei, “los mismos sindicalistas que estuvieron callados durante 4 años organizan un paro para defender sus privilegios”, en referencia al gobierno de Alberto Fernández (2019-2023), que terminó con un 211,4 % de inflación anual y sin ninguna convocatoria de paro general.
La manifestación
Aunque el transporte público seguirá funcionando hasta las 19:00 hora local (22:00 GMT), lo que da una apariencia de normalidad en las calles de Buenos Aires, decenas de miles de personas están concentradas desde primera hora de la mañana en los alrededores de la Plaza del Congreso, epicentro de la movilización convocada por la CGT.
Las reuniones mantenidas entre el sindicalismo y las autoridades locales con el fin de evitar disturbios o altercados llevaron a diseñar un plan para el despliegue de las distintas columnas de las agrupaciones participantes y su llegada al lugar donde la CGT hará su discurso en torno a las 14:30 hora local (17:30 GMT).
Numerosas pancartas de colectivos y banderas argentinas ponen el color a una jornada que, por el momento, transcurre con normalidad.