Argentina disfruta el poder del peso

Argentina disfruta el poder del peso

POR ADAM THOMSON
Se espera que el mes próximo Argentina regrese a los mercados financieros por segunda vez desde que completara su reestructuración de la deuda soberana récord de US$100 millardos en febrero.

La fecha exacta de la emisión -y la cantidad que se ofrecerá- todavía son desconocidas.. pero lo que sí es seguro es que los nuevos títulos se denominarán en pesos.

Por toda América Latina, los gobiernos están cambiando sus carpetas de deuda en un creciente porcentaje general de deuda emitida en las monedas locales.

Sin embargo, pocos gobiernos lo han hecho tan rápidamente como Argentina.

Hoy, 37% de la deuda pública del país -esto excluye cerca de US$20 millardos en bonos no pagados que no fueron negociados en la reestructuración de febrero- está denominado en pesos: en diciembre de 2001, solo cerca de 3% de la deuda total era en moneda local.

Hay varios beneficios obvios, de acuerdo con Guillermo Nielsen, el secretario de Finanzas de Argentina.. Uno es que Argentina es mucho menos vulnerable a las sacudidas externas, como las bruscas oscilaciones monetarias.

«Claro, cuando usted tiene la mayor parte de su deuda en moneda extranjera, como el dólar, un movimiento súbito en esa moneda puede afctarlo mucho más de lo que debiera», dijo al Financial Times esta semana.

Otro beneficio relacionado es que el perfil de la deuda de Argentina se acerca más a su corriente de ingresos.

«Uno nunca sabe qué hará el dólar, pero algo que sí se sabe es que sus ingresos futuros van a ser en pesos», dice el señor Nielsen.

Carola Sandy, una analista de Credir Suisse First Boston en Nueva York, dice que los inversionistas están demostrando apetito por bonos en moneda local por la debilidad del dólar.

«Los inversionistas no solo están logrando mejores tasas, sino que están ganando con la apreciación de la moneda local», dice.

En el caso del bono con descuento denominado en pesos de Argentina, uno de los tres tipos de títulos resultantes del trueque de deuda reciente, los inversionistas reciben un rendimiento real de cerca de 7.2%.

«Con la expectativa de que el peso argentino se fortalecerá en términos reales, los retornos pudieran ser mucho mayores», dice la señorita Sandy.

¿Cómo Argentina logró cambiar su perfil de deuda tan rápidamente?

Según Javier Alvaredo, quien dirige MVA Macroeconomía, una consultoría económica en Buenos Aires, el cambio en la composición se produjo a través de circunstancias excepcionales, que dejan pocas lecciones aplicables -si alguna- en otros países.

Cerca de un tercio de la deuda denominada en pesos de Argentina provienen de la reestructuración de este año. Los inversionistas que aceptaron la oferta del gobierno, que tenía un valor de 34 centavos por dólar en valor neto actual, recibió un total de de US$35,2 millardos en bonos, de los cuales la mitad estaba denominada en pesos. En contraste, solo US$10,2 millardos de los nuevos títulos fueron emitidos en dólares, mientras que US$9,3 fueron denominados en euros.

El remanente, dice, vino de mini-reestructuraciones anteriores; por ejemplo, la re-programación en febrero de 2002 de los llamados «préstamos garantizados», que fueron deuda del gobierno principalmente en manos de bancos locales, fondos de pensiones y compañías de seguros.

Un gran pedazo también resultó de la deuda emitida desde el derrumbe económico de Argentina en diciembre de 2001, la mayor parte de la cual se emitió para compensar bancos y otras instituciones financieras por los efectos de la devaluación del país en enero de 2002.

Pero si bien los analistas ven el cambio de manera positiva, algunos han señalado que virtualmente toda la deuda denominada en pesos está indexada a la inflación.

Con precios al consumidor ahora 8.6% más alto que hace un año, comparado con solo 4.2% para los 12 meses previos, los inversionistas pudieran beneficiarse, dicen ellos. Pero le hace la vida más dif´cil al gobierno, porque la carga del pago de la deuda se incrementa.

El señor Nielsen está en desacuerdo.. Primero, Argentina está trabajando duro para evitar la inflación, y «mientras haya señales, los indicadores están yendo en la dirección correcta».

Segundo, la maduración larga de la deuda de Argentina -es decir, los bonos que surjan de la reestructuración tienen madurez entre 20 y 34 años- hace menos importantes las fluctuaciones a corto plazo.

Además, el señor Nielsen dice que la corriente de ingresos del gobierno también sube con la inflación.

«Recibir ingresos denominados en pesos funciona como una cobertura», expresa.

Publicaciones Relacionadas