BUENOS AIRES, AFP.- La estrategia Argentina de pagar en Buenos Aires a sus tenedores de bonos de deuda soberana busca esquivar el bloqueo judicial de los pagos en Estados Unidos pero amenaza con dejar al país en un mayor aislamiento de los mercados de capitales y empeorar su panorama interno.
Con una economía en recesión y ávida de divisas, Argentina se encuentra en una mora parcial (default selectivo, según las calificadoras de riesgo) por un fallo a favor de fondos especulativos que la obliga a pagarles en simultáneo con el cumplimiento de sus obligaciones hacia los bonistas que aceptaron los canjes de 2005 y 2010.
El día del último vencimiento, el pasado 30 de julio, los acreedores no pudieron cobrar 539 millones de dólares bloqueados en el banco neoyorquino BoNY por orden del juez Thomas Griesa, porque Argentina incumplió una sentencia que la obliga a abonar a fondos especulativos el 100% de una deuda de 1.330 millones de dólares.
En su intento por mostrar voluntad y capacidad de pago, la presidenta Cristina Kirchner propuso trasladar a Buenos Aires el pago de su deuda soberana al 100% de los acreedores, el 93% que adhirió a los canjes de 2005 y 2010 y al 7% que los rechazó, incluidos fondos especulativos que litigaron en su contra y se oponen a esta iniciativa.
«La última medida sólo aumenta el aislamiento de Argentina y puso a los tenedores de bonos del canje, que negociaron de buena fe, en una posición muy difícil», dijo Carlos Caicedo, analista principal de la consultora IHS Country Risk en declaraciones a la AFP.
Caicedo consideró que «el gobierno podría haber esperado hasta enero de 2015, cuando la cláusula RUFO (sigla en inglés) vence y luego negociar con los holdouts», indicó.
La cláusula RUFO es la base del argumento de Argentina para no cumplir la sentencia de Griesa, al establecer que si un acreedor recibe una mejora, el resto debe percibir lo mismo.