El banco central de Argentina confía en que cuenta con suficientes recursos para aplacar la demanda de dólares en caso de que los argentinos acudan a esta moneda antes de las elecciones presidenciales de octubre, según dos personas con conocimiento directo del pensamiento del banco.
Una moneda relativamente estable es crucial para la reelección del presidente Mauricio Macri, ya que ayudaría a reducir la inflación, una de sus principales promesas de campaña. Después de que el peso cayera 50 por ciento contra el dólar el año pasado, otra crisis monetaria afectaría sus posibilidades de un segundo mandato.
Históricamente, los argentinos se apresuran a comprar dólares en años electorales para protegerse de la incertidumbre política que a menudo debilita la moneda.
Pero el peso ha registrado algunas ganancias desde septiembre pasado, cuando el banco central dio a conocer una banda monetaria y una política monetaria muy estricta diseñada tanto para estabilizar el tipo de cambio como para frenar la inflación.
Esta estricta política monetaria, que congeló la cantidad de pesos en circulación y mantuvo la tasa de interés de referencia por encima de 50 por ciento, ha impulsado el atractivo de los activos denominados en pesos tanto para inversionistas como para ahorradores.
Llega en un momento en que los argentinos ya tienen sus bolsillos llenos de dólares: compraron US$18.000 millones el año pasado, cerca del monto récord de US$18.600 millones comprados en 2011, un año electoral.