Argentina, que busca reparar las relaciones con los inversores extranjeros, esta semana presentará un nuevo índice de precios al consumidor que probablemente reconozca algo que el Gobierno niega desde hace siete años: que subestimó sistemáticamente la inflación.

El índice nacional publicado el 13 de febrero sustituirá al índice de referencia del Gran Buenos Aires que muestra una inflación de menos de la mitad de los cálculos privados desde 2007, cuando el expresidente Néstor Kirchner reemplazó a los más altos funcionarios del instituto de estadísticas. La medida se produce un año después que Argentina se convirtiera en el primer país en recibir una moción de censura del Fondo Monetario Internacional por no informar datos económicos fieles a la realidad.

Los diez analistas que participaron en una encuesta de Bloomberg dijeron que el nuevo índice mostrará que los precios al consumidor aumentan más de lo que anteriormente informaba el Gobierno, aunque no el 28,4% que calculan los economistas privados para diciembre. Solo la mitad dijo que los cambios bastarían para tranquilizar al FMI, primer paso para restablecer las relaciones con los inversores internacionales después de la suspensión de pagos por US$95.000 millones en 2001. “Poco a poco pueden dejar atrás un pasado complicado que se embrolló con las mentiras sobre la inflación”, dijo Alberto Bernal, responsable de estrategia de renta fija de Bulltick Capital Markets. “Es una política de una gran cortedad de miras y ridículamente equivocada”.