Argentinos: la debilidad de Ednita

Argentinos: la debilidad de Ednita

POR MANUEL EDUARDO SOTO
Ednita Nazario es una de las cantautoras de más larga trayectoria entre las mujeres latinoamericanas, pero aparte de su gusto por las baladas y la música pop en general –donde cada vez ha ido teniendo más éxito y presentando espectáculos también cada vez más elaborados–, se ha caracterizado por su debilidad por sus colegas argentinos, dos de los cuales han sido sus compañeros sentimentales, en épocas diferentes, por supuesto.

A pesar de que su carrera ha sido manejada por el mejor de los managers del ramo en el mundo musical hispanoamericano –el puertorriqueño Angelo Medina, el mismo que llevó a Ricky Martin a convertirse en un superastro a nivel mundial– se ha quejado públicamente de la poca atención que éste le ha prestado a ella.

“Yo le dejo recados en su oficina y en su celular, pero él me responde después de una semana o más”, me dijo en una entrevista que le hice en Miami a principios del siglo XXI. “Pero es el mejor representante que tenemos los artistas boricuas, por lo que no me queda otra cosa que esperar mi turno”.

Y, efectivamente, Angelo se ponía en contacto con ella apenas tenía una oportunidad. Claro que eso era cuando Ricky estaba arrasando con “La copa de la vida” y “La vida loca”. Hoy que están demandándose mutuamente por unos millones de dólares más o unos millones menos, Angelo debe tener más tiempo para esta estrella boricua que acaba de ganar un premio Grammy Latino.

Pero, como dije al comienzo de esta crónica, no es el aspecto artístico de lo que queremos escribir, sino de su preferencia personal por los artistas argentinos, lo que debe haber comenzado desde que se destacó en el Festival OTI realizado en Caracas en 1979, donde ocupó el quinto lugar con “Cadenas de fuego”, tema que compuso con el argentino Laureano Brizuela.

Después del festival, inició una relación sentimental con Brizuela, conocido en México–donde es un dios– como “El ángel del rock”.

Con Brizuela coincidí un par de veces en México y en Miami, pero fue en la ciudad costera estadounidense donde ocurrió algo muy fuera de lo común. Almorzamos en el Hotel Hyatt junto con el gerente de su sello Fonovisa, el también argentino Carlos Maharviz, y conversamos de los más variados tema en una forma muy cordial.

Desde el hotel, Maharviz lo llevó aeropuerto a tomar el avión que lo habría de llevar de regreso a su base en México. Pero allí era esperado por las autoridades tributarias del país azteca, las que lo encarcelaron supuestamente no haber declarado impuestos sobre ciertos ingresos.

El se defendió afirmando que sí se le habían descontado los impuestos, pero al parecer al empresario que apartó ese dinero se le olvidó entregarlo a Rentas Internas, por lo que el roquero de pelo rizado terminó tras las rejas en un sonado caso que acaparó las primeras planas de la prensa sensacionalista.

Las nuevas generaciones roqueras surgidas de México, con una actitud más agresiva, franca y hasta con contenido político y ecológico –léase Maná, Molotov y Café Tacuba– dejaron a Brizuela artísticamente en un segundo plano y actualmente no he oído hablar mucho de él.

Por su parte, otro argentino, el cantautor Luis Angel, también tuvo una larga relación con Ednita, con quien incluso montó una oficina en San Juan, Puerto Rico, para manejar las carreras de los dos. Si bien Luis Angel no trascendió mucho como intérprete, tuvo la suerte de que el boricua Eddie Santiago grabara sus baladas en tiempo de salsa y se convirtieran en superéxitos, lo que debe haberle dado una seguridad económica de por vida. Entre los temas que todo el mundo tararea en las versiones de Santiago se destacan “Lluvia”, “Tú me quemas” y “Flor dormida”, entre muchas más.

A Luis Angel tuve oportunidad de entrevistarlo en Puerto Rico a fines de la década del 80 junto con Santiago, y desde entonces nos hicimos buenos amigos, aunque nos vemos cada 10 años. Hoy vive en Houston, Texas, con una nueva compañera. Igualmente, Ednita tiene una nueva pareja y sigue viviendo en San Juan, desde donde continúa cosechando éxitos y llenando teatros y estadios.

*El autor es periodista chileno.

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