LEONEL RODRÍGUEZ UREÑA
La meta de un partido político es por supuesto alcanzar el poder; pero en vez de para lograrlo engendrar soluciones sustentadoras de planteos que ciertamente convenzan a la ciudadanía, de que realmente llevarían a cabo verdaderas realizaciones para corregir malestares institucionales y requerimientos del pueblo, como conocidos son por no cumplir, se ocupan más en articular engañifas para desacreditar al contrario, que en proposiciones firmes con argumentos y factibilidades serias creíbles, cónsonas con las necesidades  ciudadanas;

dándose primero a la tarea de señalar los errores de los otros, los mismos en que antes ellos se ejercitaron o que después si llegan superan, que a destacar fehacientes formas solucionadoras para que mejorando las vicisitudes de los hijos de la nación, culminen en bienestar colectivo; luego, a recalcar lo insensible del gobierno de turno, que no resuelve, habiendo sido «el que más recursos presupuestarios ha percibido en la historia del país»; y a desplegar eso sí, las apreciables concurrencias que asisten a los actos proselitistas dándoles el gran respaldo a sus pretensiones de alcanzar la primera magistratura de la nación «para resolver», pues él si cumplirá las expectativas del electorado, que su congénere engavetó. Al señalar los errores ajenos, mencionan entre otros las desatenciones en las necesidades básicas fundamentales, como ser la alimentación, la vivienda, la salud y la educación, incumplimientos en los que ellos mismos no corresponden debidamente cuando usufructúan el ejercicio del poder, inclusive haciéndolo en ocasiones de manera igual o peor; mencionan lo imprescindibles de las calorías necesarias, refugio seguro, cuerpo y mente sana, y preparación académica para poder propender al desarrollo. En cuanto a la insensibilidad de un gobierno, cual que sea, al destacar ser el que más recursos ha manejado, la letanía es justamente usada para acreditar con tesón el descuido y la indolencia de ese gobierno, olvidando que el suyo propio fue también el que más recurso recibió en la historia de la nación, y no honró su compromiso, siendo entonces en consecuencia insensible igual; siempre, un gobierno venidero contará con mayor cantidad de recursos que el anterior, a menos que se halla producido un descrecimiento económico. Olvidan los unos y los otros que por sus hechos se reconocen. En cuanto al respaldo que concitan en sus aspiraciones, ahí si es verdad que hay «melao»: concurrencias enormes en actos públicos y proselitistas. Destacan en medios de comunicación, los miles y miles de personas que se están solidarizando con el pretendiente de la ñoña presidencial, las grandes multitudes llenando y recorriendo espacios. Y les cuento, recordándoles y calculándoles. Los tratadistas de muchedumbres estiman que cuando se agrupan personas, en un metro cuadrado caben tres, eso relativamente con poco caminar. Una vez hice el cálculo de la cantidad de personas que caben en la calle el Conde, la que desde la fortaleza al parque Independencia tiene una longitud de mil metros (1,000); y como tiene diez metros de ancho, en su área de diez mil (10,000) metros cuadrados caben treinta mil personas (30,000).

¿Cuántos actos proselitistas alguien ha visto con más gente que la que cabe en El Conde? Solo puede apreciarse algo similar o ligeramente mayor en los mítines de cierre de campaña. De manera que en esas congregaciones se agrupan en las más grandes, entre tres (3) y cuatro (4) mil personas, y de ellas una cantidad considerable no son del sitio, las llevan. Me doy por enterado que los lectores van a decir; eso lo sabe tue’l mundo. Otro análisis hice una vez: Desde los puentes Duarte   Bosch al Aeropuerto Peña Gómez, veintitrés (23) kilómetros de distancia hay. Haga una caravana con guaguas y carros o «yipetas» con dos y medio (2.50) metros de separación entre vehículos, y agréguele además mil (1000) motores que reciben gasolina para que acudan al «can».

Las guaguas de diez (10) metros de largo con cincuenta (50) ocupantes, los carros o yipetas con solo cuatro (4) metros de largo y seis (6) ocupantes; en diecinueve (19) metros de largo habrán cincuenta y seis (56) personas, esto es tres (3.00) por cada metro cuando un carro va detrás de una guagua, y tendría que como un kilómetro tiene mil (1000) metros, la cantidad de personas le dará (23,000 x 3.00) setenta y un mil (71,000) personas, al sumarle y considerar que en cada motor vayan dos (2); y si toma dos guaguas una detrás de la otra, entonces se tendrán cien (100) personas en veinticinco (25 ) metros, o sea cuatro (4.00)