Ariel Sharon sigue grave y en coma

Ariel Sharon sigue grave y en coma

JERUSALEN (AFP).-  El primer ministro israelí Ariel Sharon seguía grave y en coma ayer sábado, diez días después de sufrir un grave infarto cerebral, y no daba signos de recobrar la consciencia ni experimentar grandes mejorías, lo cual aumentaba la preocupación en el país.

Mientras la radio israelí estimaba que haría falta “un milagro” para salvar al dirigente, el último parte médico divulgado ayer sábado al anochecer por el hospital Hadassa de Jerusalén, donde está internado Sharon, afirmaba que su estado de salud era “grave pero estable”.

“El estado del primer ministro sigue siendo grave pero estable. Las constantes vitales como el pulso, el ritmo respiratorio, la tensión arterial o la fiebre son normales”, explicó Ron Krumer, uno de los portavoces del centro médico.

El responsable se limitó a explicar que un electroencefalograma practicado a Sharon mostraba literalmente “una actividad en los dos ventrículos del cerebro que correspondía a su estado de inconsciencia”.

Una frase incomprensible para la mayoría y completamente vacía de significado que muestra sobre todo que no han existido mejorías el en estado de salud del primer ministro.

El hecho de que el primer ministro, de 77 años, siga en coma provoca un gran pesimismo en Israel, donde los ciudadanos temen que no se despierte nunca más.

La radio israelí, citando fuentes médicas, opinaba que no es una “buena señal” que Sharon siga en coma una vez que la anestesia ha prácticamente desaparecido de su organismo.

“Cuanto más pasa el tiempo, menos posibilidades hay de ver al primer ministro consciente (…) Estamos todavía al borde del abismo”, aseguró la emisora.

Para varios periódicos israelíes, “la hora de la verdad se acerca” para Sharon, que sufrió el 4 de enero una grave hemorragia cerebral y tres operaciones consecutivas a vida o muerte.

Sin embargo, el neurocirujano argentino Félix Umansky, que se ocupa de su tratamiento, consideró que es normal que Sharon siga “adormecido” días e incluso semanas, una vez que la anestesia desaparezca.

Según él, el hecho de que el primer ministro respire por sí mismo y mueva ligeramente las extremidades ante estímulos de dolor son ya enormes victorias si se tiene en cuenta la gravedad del caso.

Otra cuestión que provoca todo tipo de especulaciones en Israel es la extensión de los daños cerebrales y las secuelas que el primer ministro padecerá si un día despierta.

En el ámbito político, el primer ministro israelí en funciones Ehud Olmert tomará el domingo la decisión más importante desde que ocupa este cargo. En la reunión semanal del Consejo de ministros que él preside se deberá dar el visto bueno al voto palestino en Jerusalén-este en las elecciones legislativas del 25 de enero.

El ejecutivo tomará esta decisión a instancias de Estados Unidos y Europa que consideran que los palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén-este deben ser parte activa de estos comicios.

Este sábado, los candidatos de la lista del Fatah en la ciudad santa iniciaron su campaña, pidiendo a Israel libertad de movimientos para las elecciones, que son “indispensables para construir la paz y la democracia”.

“Queremos elecciones que se parezcan a las del resto de mundo”, pidió Hatem Abdelkader, número uno de la lista del Fatah en Jerusalén.

Sin embargo, Israel desea prohibir la campaña de los candidatos del movimiento radical Hamas, quienes participan por primera vez en unos comicios, por considerarlos “un grupo terrorista que no tiene cabida en el proceso político”.

Según los últimos sondeos, la popularidad de Hamas no deja de aumentar y goza actualmente del 30% de las intenciones de voto frente al 35% del Fatah.

Paralelamente, pese a que la vuelta de Sharon a la vida pública está descartada, el primer ministro y su nuevo partido, Kadima (centro), también baten récords de popularidad. Si las elecciones israelíes se celebraran hoy, esta formación conseguiría 43 escaños sobre un total de 120.

Este fin de semana, cuatro ministros del Likud, antigua formación de Sharon, presentaron su dimisión por orden del nuevo líder del partido, Benjamin Netanyahu. De esta forma y hasta las elecciones legislativas del 28 de marzo, el gobierno israelí está compuesto exclusivamente por miembros de Kadima.

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