MONTERREY (México) (EFE).- El presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, afirmó ayer que no dejará el poder de forma inmediata pese a la violencia que se ha desatado en su país, pero que convocará a elecciones en este semestre.

En una rueda de prensa el mandatario, quien participa en la Cumbre extraordinaria de las Américas, anunció su compromiso de organizar elecciones legislativas y municipales en todas las ciudades «para reforzar las instituciones democráticas y el crecimiento económico» sin fijar una fecha concreta.

A una pregunta expresa sobre si abandonará el poder tras los incidentes violentos que se desataron en su país a comienzos de este mes, que han dejado al menos tres muertos y decenas de heridos en las últimas semanas, Aristide dijo que no piensa hacerlo.

Añadió que existe un compromiso para «organizar elecciones en los próximos seis meses».

«Pero no hay una fecha fijada porque quiero que haya ese diálogo entre el Gobierno, los hermanos de la oposición, y los de la sociedad civil y el sector privado», indicó.

Consideró que el proceso deberá estar acompañado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el CARICOM.

Durante su intervención, Aristide se mostró confiado en que «con diálogo y compromiso» su Gobierno pueda caminar hasta las próximas elecciones.

Recordó que Haití ha padecido 32 golpes de Estado en su historia, que está inmerso «en un proceso de aprendizaje democrático», en el que todos deben «respetar un mandato» democrático.

El presidente haitiano se mostró dispuesto a «dialogar con los compañeros de la oposición», la llamada Plataforma Democrática, en busca de un acuerdo definitivo para fijar una fecha electoral.

Aristide consideró parte del juego de una democracia naciente las manifestaciones que estos días hubo en las calles de Puerto Príncipe solicitando su dimisión.

«Cada uno tiene la oportunidad de expresarse, de criticar y de decir lo que piensa pero todos tenemos la obligación de respetar un mandato, una ley, los principios democráticos», indicó.

No obstante reconoció que la inestabilidad en uno de los países de la región tiene repercusiones en los demás, pero defendió la necesidad de seguir trabajando en los procesos democráticos.

«Si pasa algo en Haití afecta al continente. El bienestar de un país del continente es una garantía para el bienestar de los demás. En ese sentido todos los del continente caminamos para que haya más democracia en él», añadió.

Aristide indicó que a lo largo del tiempo se crearán más «instituciones y partidos democráticos estructurados para expresarse a través del voto».

Recordó que él también sufrió golpes de Estado en 1994, que le expulsaron de su primer mandato presidencial antes de ser reelegido en 2000.

Al comentar las repercusiones de la reciente inestabilidad señaló que en Nueva York «hay ocho millones de habitantes, como en Haití» y 62.000 personas «para garantizar la seguridad», mientras que en Haití hay «menos de 5.000 policías y no existen tantas estructuras como en Nueva York, ni un sistema judicial».

«Poco a poco vamos fortaleciendo las instituciones para que la gente vaya de democracia a democracia, y no de golpe de Estado a golpe de Estado», dijo.

El presidente Aristide confirmó que durante las sesiones de los presidentes en la Cumbre de las Américas, que concluye hoy en la ciudad mexicana de Monterrey, se trató la crisis política en Haití.

«Se dijo lo que se ha dicho anteriormente y públicamente: que a través del diálogo y compromiso tengamos una solución pacífica y no una violenta», lo que le alienta a «alimentar ese proceso de diálogo y compromiso para tener elecciones», añadió.

Aristide también conversó con el primer ministro de Canadá, Paul Martin, sobre la posibilidad de que la próxima semana haya una reunión en Nassau (Bahamas) a la que asistirían los miembros de la oposición y del CARICOM, y observadores de otros países.