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Por Chris Haft De MLB.com
SAN FRANCISCO.- Los alrededores era nuevos para Barry Zito, y en cierta forma, para Armando Benítez también.
Luego de seis temporadas y media con los Atléticos de Oakland, Zito se acomodó en un estadio diferente al permitir tres hits en seis entradas en la victoria de los Gigantes 4-0 sobre los Marineros de Seattle.
Definitivamente fue algo diferente. Pero se sintió bien, dijo Zito. En los entrenamientos de primavera no fue tan diferente, pero las cosas comienzan a cambiar. Se sintió bien.
Pero a pesar de lo impresionante que fue Zito, la salida de Benítez pudo haber sido más sorprendente no por los resultados sino por la reacción del público. Luego de motivar la ira de los fanáticos al perder 12 de 48 oportunidades de salvamento en las dos temporadas previas, Benítez oyó solo aplausos cuando entró al partido en el noveno episodio. Permitió un doble de Rey Ordóñez, pero nada más, y preservó la primera blanqueada de los Gigantes y bajó su efectividad a 1.08.
A veces uno dice cosas que la gente no entiende, dijo Benítez, refiriéndose a sus lamentos previos sobre su rodilla y lesiones del codo y una percibida falta de apoyo dentro de la organización. Se sintió bien ver gente que entiende lo que pasa.
El dirigente Bruce Bochy, quien volvió al equipo luego de asistir al funeral de su madre, sonó como si estuviera previniéndole a los fanáticos que sean pacientes con Benítez.
El no va a ser perfecto cada vez que salga. Definitivamente tenemos que entender eso, dijo Bochy. Pero ha estado cerca de serlo.
Versión (Dionisio Soldevila Brea).
