El día 23 del presente mes se insertaron sendas noticias en Listín Diario refiriendo que el presidente Danilo Medina adquirió dos helicópteros “para fortalecer la patrulla fronteriza y 30 vehículos todo terreno para el Cesfront”, mientras que la otra versaba la petición del Ministro de Defensa, almirante Sigfrido Pared Pérez de derogar el decreto que prohíbe importar armas de fuego.

La primera gran pregunta es ¿adquirir armas para qué, para pelear contra quién?, si con los únicos que podíamos pelear, con los haitianos, ya nos tienen invadidos con más de un millón de sus nacionales residiendo ilegal aquí, y además tienen de padrinos al imperio, la ONU y la Unión Europea, entonces, ¿armas para qué?

Además esos dos helicópteros adquiridos sin concurso, que bien pudieron adquirirse gestionando su donación con el imperio, para ayudar a controlar el tráfico de drogas hacia su país del que el nuestro es un enorme trampolín consensuado, pero que de esa manera no hay comisiones.

Esos helicópteros sobran, como demostrado han resultado los Tucanos, con un costo de mantenimiento prohibitivo, con un consumo de combustible enorme, ¿para qué sino para engrosar las cuentas bancarias de un ministro de Defensa, y jefes del arma del aire?

Desempeño idóneo es lo único que requiere patrullar la frontera, en vez de oportunidad para obtener bienes que no son posibles demostrar, como ocurre en el espectro civil, y sabemos que los militares no son alienígenas ni entes del Planeta de los Simios.

Con proceder a desarmar a la población mediante una resolución transitoria de Interior y Policía en lo que se conoce reformar la ley 36 que los legisladores son los primeros en boicotear porque no aceptan desarmarse, es suficiente para mantener el decreto que prohíbe importar armas de fuego.