“A pesar de todos los pesares”, de las “pesadas pesas” que pueden lastrar la existencia de los hombres, la vida merece ser vivida. “La vida es buena”, dijeron algunos reclusos judíos en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Olvidaban, por un instante, la horrible situación en la que se encontraban y ponían sus ojos en un matojo verde sobre el cual revoloteaba una mariposa. La sola visión de la naturaleza -sea un paisaje o un hormiguero- nos devuelve la alegría de vivir, aun en los peores momentos. Los “campos de exterminio” nos parecen hoy una pesadilla, no una realidad política.

Pero estamos rodeados por sucesos ingratos, dolorosos o indignantes. Al abrir los periódicos de la mañana nos enteramos de que trescientos inmigrantes marroquíes fueron rescatados en el puerto de Tarifa; también descubrimos que hay una “Virgen del Narco”, dentro de cuya efigie puede esconderse cocaína o morfina; una prisión de Croix-des-Bouquets, en Haití, fue asaltada y escaparon de ella unos trescientos delincuentes. Esos convictos podrían pasar a través de la frontera dominico-haitiana. Los emigrantes sin papeles de Marruecos nos recuerdan los millares de inmigrantes haitianos que residen en territorio dominicano. La “Virgen del Narco” nos hace pensar en la “protección” de que disfrutan los traficantes en muchos países… de parte “de las autoridades”.

Hoy circuló la noticia de que monseñor Silvano Tomasi apoya el bombardeo de EUA a Irak; declaró: “había que intervenir antes de que fuera demasiado tarde para proteger a las minorías cristianas”. Tomasi es Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU. También se ha difundido ayer que Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, actuó secretamente a favor de Israel. Aquí, en Santo Domingo, actuó abiertamente a favor de Haití. Son noticias entristecedoras.

Para colmo, Vladimir Putin anuncia que enviará ayuda humanitaria a Ucrania, en colaboración con la Cruz Roja Internacional. Primero, las grandes potencias envían armas o realizan bombardeos; luego envían medicamentos para asistir a los heridos. Además, tenemos la enfermedad incurable llamada ébola; debemos estar vigilantes para evitar que “entre ilegalmente” al país. Sin embargo, “la vida es bella”. Disponemos de preciosa música, de hermosas flores, de una riquísima poesía; incluso de sabrosos quesos.