Bogotá. El alud que hace treinta años borró del mapa la localidad colombiana de Armero causó otras víctimas- los centenares de niños separados de sus familias y entregados en adopción y cuyos padres ahora buscan su pista en vídeos y fotos de la época.
La historia ha permanecido, paradójicamente, enterrada durante décadas pese a que la imagen icónica de la tragedia tenía el rostro de una niña, Omayra Sánchez, que permaneció sepultada durante días en el lodo ante los ojos del mundo que miraban atónitos su agonía.
En medio del caos por la avalancha que el 13 de noviembre de 1985 dejó unos 25.000 muertos y miles de heridos que luchaban por sobrevivir en un de Marzo de lodo, muchos niños fueron separados de sus padres, que nunca más volvieron a verlos. Ellos tienen la certeza de que sus niños están vivos porque en muchos casos los entregaron a socorristas que llegaron a la zona tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz que generó el alud de piedras y lodo, pero luego perdieron su pista. Francisco González, un armerita que perdió a parte de su familia en la catástrofe, puso en marcha el proyecto “Niños Perdidos de Armero. Una causa que nos toca a todos” con el que pretende reunificar a las familias.
González, director de la Fundación Armando Armero, explica que el proyecto, que todavía está en sus primeras fases, nació en 2010, cuando comenzó a recibir cartas de supervivientes que le pedían ayuda para buscar a sus hijos, dijo a Efe en una entrevista.
“Al ver varias peticiones me dio por investigar y corroborar ciertas de esas historias”, afirma. El director de la Fundación cita como referente el caso de una mujer que supo que su hermana salió viva de la catástrofe de Armero y fue recogida por un hombre conocido como “El Mudo”, que vivía en una aldea cercana, quien más de dos décadas después le confirmó la versión y dijo que la puso en manos de un socorrista.
Las piezas comenzaron a encajar y la sospecha se tornó certeza, por lo que realizó una primera investigación que dejó una lista con 236 familias buscando a sus vástagos y siete niños que ahora buscan a sus parientes.