Armonía entre la JCE y los partidos

Armonía entre la JCE y los partidos

Aunque no es una política nueva, saludamos la oportuna iniciativa de la Junta Central Electoral de trabajar a partir de esta crucial etapa con los partidos, en un momento en que esa honorable institución ha sido objeto de cuestionamientos y críticas en lo que podría calificarse como un verdadero acosamiento o acorralamiento que perjudica el proceso comicial venidero.
De paso, rechazamos tajantemente la campaña sucia contra familias de conducta intachable vinculadas a miembros de ese organismo, en lo que podría considerarse como una especie de estercolero social a lo que los hombres públicos tienen que verse sometidos por la maledicencia y los golpes bajos de algunos sectores irrespetuosos y desconsiderados.
Por otra parte, cayó muy bien el pronunciamiento hecho por el magistrado Roberto Saladín en el sentido de que la Junta Central Electoral garantizaba un certamen transparente, seguro y democrático, por tratarse de una respetable y responsable figura, cuyo voto disidente sobre el arrastre produjo un revuelo exagerado.
El presidente de esa entidad, Dr. Julio César Castaños Guzmán, ha reiterado de manera sistemática que allí no se oculta nada y que se labora de cara al sol con el patriótico propósito de organizar unas elecciones, las de febrero y mayo del 2020, limpias y transparentes, donde se cuenten los votos en forma diáfana y precisa.
Por la calidad, experiencia, probidad y responsabilidad de los miembros que componen el tribunal electoral, la comunicad política y el propio país no deben albergar temores, aunque siempre hay que estar vigilante en aras de que las cosas se hagan bien.
En un proceso tan complejo y donde intervienen intereses disímiles como el que nos asiste, una verdadera lucha por el poder, debemos todos acostumbrarnos a los conflictos, querellas, denuncias, acusaciones, a veces temerarias, propias de las elecciones, pero existen órganos legales para ser ventiladas y resueltas.

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