Arnaldo Roche Rabel y su fuerte carga expresionista

<P>Arnaldo Roche Rabel y su fuerte carga expresionista</P>

POR JOSÉ SALDAÑA
Arnaldo Roche resume su diversidad creativa en la obra que exhibe en el Museo de Arte Moderno hasta el 5 de febrero de 2006. En veintidós obras de gran formato, que cubren las paredes del primer piso de este Centro de Arte, plantea su propia cosmovisión del ser humano, de sus objetos y de su entorno.

Esta muestra, organizada por el Museo de Arte Moderno y la Oficina del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, permite el acercamiento del público dominicano a la obra trascendental de este talentoso artista puertorriqueño.

Arnaldo Roche ha plasmado el dolor y el gozo, la muerte y la vida, la ternura y la violencia, y sobre todo, el paisaje humano de nuestro entorno caribeño, de nuestro aire y luz tropical.

La incansable labor creativa de Arnaldo Roche, que en un primer momento se combina con el trabajo al óleo y con el dibujo iluminado, se amplía por medio de la técnica de objetos presentes dibujados a través de la tela o el papel, para luego sacarlo con el respaldo incisivo sobre la tela.

El nexo con la obra de Vincent Van Gogh es inexorable. La angustia existencial que permanece en la memoria de Arnaldo Roche sobre una tragedia familiar hizo posible recrear escenas muy parecidas a las de la muerte del célebre pintor. Esas escenas, donde se percibe tensión ambiental, se despliegan de manera directa en furias pictóricas de fuerte carga expresionista, en donde el tema, la representación y la técnica son unísonos al presentarnos el dolor de la vida y la muerte sentida y llevada a la memoria, como queriendo sacarla y dejarla en el consciente del espectador.

El suceso trágico de la muerte de dos hermanos nos lleva a una ruta directa a lo más hondo de su cosmovisión y sentido filosófico de la tragedia humana.

Él hace partícipe a los personajes que los obsesionan, reflejando el asombro y el temor con que el hombre afronta la vida y la locura. Los valores que prevalecen son los humanos; aquellos que están entre el cielo, la tierra y el infierno.

Cargada de sentimientos y lirismo, esta magnífica exposición nos envuelve en un mundo de sueño que se transforma en pesadillas y realidades.

Toda su composición es un macrocosmos en el que coexisten, junto a la armonía total del color, los personajes de su historia.

Arnaldo Roche, con su pincel, traza los objetos, los cuerpos, merced a la pátina que le imprime un sello personal, le infunde ambiente y vida de manera obsesiva.

Es el caso de una obra monumental, un tríptico, representando el asilo de Saint-Remy de Provence, donde fue recluido Vincent Van Gogh, en que nos demuestra su dominio técnico y el manejo acertado de una buena percepción de los colores y composición, sin romper la armonía de la secuencia excelentemente equilibrada.

Además, exhibe en una pequeña sala de Museo un conjunto de dibujos sobre papel, donde el color azul prevalece en fondo blanco, y el cuerpo humano es el centro compositivo, logrando un monocromatismo de alta calidad, manifestando un alto contenido espiritual y pureza sobre un fondo blanco.

En estas obras queda manifestado el espíritu y la sensibilidad humana junto a las expresiones que afloran en la mente de este gran artista.

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