Arqueo a Roberto Salcedo

Arqueo a Roberto Salcedo

POR   UBI RIVAS
La alcaldía de Roberto Salcedo en el centro de Santo Domingo se percibe a todas luces inscribirse muy inclinadamente en el ornato, erradicando especies inapropiadas, Chá-Chá, Acacia, Casuarina, Almendra, Flamboyán y otras, por Palma Real y Cana. Correcto.

La mayoría de las plantas que sembraron los alcaldes del centro de la capital resultaron, la experiencia es la que determina, inapropiadas, no estuvieron asistidos por expertos en arborizar una ciudad.

Sembraron plantas con raíces horizontales, como el Flamboyán y la Casuarina, que expelen una enorme cantidad de detritus arbóreos, el que más el Tung, horrible y altamente tóxico y todo devino en un pandemonium que hubiese sido preferido que no sembraran nada.

Roberto Salcedo está conformando un perfil diferente en esa asignatura de arborización, uniformizando las avenidas con un tipo de árbol, ora Palma Real, ora con Cana, como hizo correcto el generalísimo Rafael Leonidas Trujillo con el Malecón en 1944, y ahí están aún, enhiestas, desafiando media docena de huracanes, Flora, Inés, David, Federico, Hugo, Micht.

Empero, Roberto Salcedo, que es cierto ha logrado superar la batalla contra la basura en un 80%, no del todo, manteniendo aseada el área bajo su responsabilidad, ha descuidado algunos flancos, o no ha sido respaldado del todo por su gobierno, el de todos los dominicanos, el del presidente Leonel Fernández.

En el primer aspecto, no ha dispuesto seguir respaldando el caos vehicular disponiendo la recogida de la basura luego de las nueve de la noche en que el tránsito vehicular reduce en un 85%, ahorrando muchísimo combustible porque los camiones se detendrían mucho menos en su labor y los obreros realizarían sin la canícula un oficio profundamente ingrato e inhumano.

En lo concerniente a iniciar primero la colocación de mallas en la boca de los filtrantes para evitar que la basura tapone los corredores de aguas negra, también ha fallado.

Pero el gobierno del presidente Fernández no ha dispuesto que se inicien los trabajos para corregir varios centenares de lagos que se forman cuando caen tres gotas de lluvia, ni ordenar al titular de la SEOPC bachear los miles de hoyos que dificultan el tránsito y deterioran los vehículos, ni asignar los recursos condignos para ejecutar el relleno sanitario de Duquesa, y en lo concerniente a la violación a los espacios abiertos tiene apenas un 4 de 10.

Esto así, porque es elemental entender que nadie lo puede todo solo, ni siquiera un Presidente para escalar el poder, ni un síndico para superar las dificultades de los munícipes, recordando que “no hay hombres sin hombres”. Roberto Salcedo, a quien recuerdo que ví una vez haciendo turno para abordar un vuelo en el aeropuerto de Miami hará unos 20 años, es decir una sola vez aunque incontables en la pantalla chica donde se desempeña como un as, debe y tiene que merecer el respaldo del presidente Fernández para concretizar una alcaldía ejemplar y memorable.

Que coteje, Papi Estrella ha sido el síndico más notable que ha tenido la capital post-Trujillo, porque fue el único que hizo parqueos públicos (edificios) y empezó el transporte colectivo en minibuses, porque aquel mocano campechano que en el decir de un memorable editorial de Rafael Herrera, “vino una noche a cenar”, talentoso y para no amolar cuchillo para su propio cocote, precisó que el síndico no era él sino el presidente Joaquín Balaguer.

En un año que precede a otro electoral en que el presidente Fernández perseguirá y logrará la reelección, no obstante los traumas terribles que ha ocasionado en los planos económicos y moral este canon constitucional, es lógico que el gobernante aspire los votos de los capitaleños, es decir, arrimar la sardina a la brasa.

Es la coyuntura que Roberto Salcedo como el presidente Fernández deben de aprovechar y usufructuar como escabeche a la pitanza de la reelección.

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