Arqueo nacional

Arqueo nacional

El país dominicano confronta hoy como nunca, una grave crisis de valores éticos, un peligroso declive delincuencial y una perturbadora indiferencia de los estratos supremos del poder, que es lo peor.

Bandas de adolescentes atracaban y asesinaban a taxistas en Santiago de los Caballeros para adquirir drogas, una señal de la imperiosa necesidad no solo de reformar el Código del Menor para que las sanciones sean más severas, sino un desbarajuste en la educación doméstica y el celo de los padres con los hijos (vigilancia).

Listín Diario del doce del presente mes grafica que guardan prisión en las 35 cárceles 5,900 acusados y condenados por narcotráfico, una pandemia que desborda el monopolio de la violencia estatal, igual que los crímenes de toda laya. Hay 19,726 presos en total.

El Caribe recrea un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el día primero de este mes en el que señala que hay 124,572 hogares sin energía eléctrica, es decir, más de medio millón de paisanos y 1,380,399 hogares sin servicio de agua potable, que supone unos 4 millones de dominicanos que no tienen agua de “pluma” o “llave” en el hogar.

Faltaría por añadir los dominicanos que realizan sus defecaciones en letrinas y soy conservador en precisar que son más de 4 millones, en un país de contrastes entre yipetas, cubetas y chancletas, bohíos de pisos de tierra techados de yagua o cana y oropeles residenciales con espléndidas marinas.

No vamos bien, cuando los organismos de financiamientos externos precisan que un 66% de dominicanos viven en pobreza (unos 6 millones) y un 22% en pobreza extrema (unos 2.2 millones).

Aún con estos prontuarios terribles, el PLD ganará 25 senadurías en el certamen cívico de mayo próximo y son pocos los que se atreven a firmar que habrá un cambio político en 2012 y que surja el líder inesperado que genere un entusiasmo colectivo que consiga “pasar la página”.

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